El Cabildo de Tenerife realiza cada año una campaña para recoger pollos de pardela cenicienta que caen desorientados en su primer vuelo nocturno y en la edición de este año incluye una iniciativa para apagar las luces o disminuir su intensidad y así reducir el número de accidentes.
La campaña de la pardela comenzará este miércoles y en ella colaborarán los ayuntamientos del sur de la isla, de forma que el 2 de noviembre se llevará a cabo la “Noche en negro por las pardelas”, de manera que entre las 22.00 horas de ese día y la una de la madrugada del siguiente se apaguen las luces o se disminuya su intensidad.
La intención de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife es implicar tanto a las administraciones como a las empresas, vecinos y turistas en la conservación de esta especie.
La pardela cenicienta, conocida por la población por su característico canto “guaña, guaña“, es un ave que vive en alta mar y que sólo se traslada a tierra para anidar, se explica en un comunicado del Cabildo tinerfeño.
Estas aves construyen sus nidos en cuevas o agujeros de zonas acantiladas y los padres alimentan a su única cría hasta que adquiere el tamaño y fuerza suficiente para emprender el vuelo.
La salida de los pollos de pardela de la madriguera tiene lugar por la noche, para protegerse de los posibles depredadores, pero debido a la gran contaminación lumínica que hay en las costas un alto número de pardelas, sobre todo las noches de luna nueva, pierden el rumbo hacia el mar y caen a tierra siendo incapaces de remontar el vuelo por si solas.
La consejera de Medio Ambiente del Cabildo tinerfeño, Ana Lupe Mora, destaca la labor de los voluntarios que colaboran todos los años en la campaña, y que intervienen en el rescate de ejemplares de pardela cenicienta, que son trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla para su cura y posterior suelta.
Durante la campaña de 2010 se recogió el mayor número de ejemplares de pardelas de los últimos 15 años, 1.772 ejemplares, cifra que disminuyó en 2012 a 853, de los que aproximadamente un tercio procedían del municipio de Arona, y el 95 por ciento de las pardelas accidentadas fueron devueltas al mar. EFE
rdg