El cambio climático causará desajustes en los ciclos esenciales para la vida, según un estudio liderado por científicos españoles, que han realizado una observación directa de 224 ecosistemas de todos los continentes, salvo la Antártida.
La investigación internacional, publicada hoy por la revista científica Nature, ha sido liderado por científicos de las universidades de Pablo de Olavide (Sevilla) y de la Rey Juan Carlos (Madrid), explica una nota de prensa enviada hoy por el centro andaluz.
Sus resultados sugieren que factores asociados al cambio climático, como el aumento de la aridez, impactarán en los ciclos del carbono, nitrógeno y fósforo, vitales para el desarrollo de la vida.
Disminuirá la abundancia de nutrientes ligados a procesos biológicos como el carbono y el nitrógeno, e incrementará aquellos ligados a procesos geoquímicos como el fósforo en zonas áridas del planeta.
Este aumento de la aridez favorecerá una bajada de la cobertura vegetal y, por tanto, de la entrada de carbono y nitrógeno al medio, mientras que potenciará procesos como la meteorización (fragmentación) de la roca madre, elevando la cantidad de fósforo en el sistema.
Los cambios en los procesos biológicos y geoquímicos sobre la disponibilidad de elementos esenciales para la vida han sido observados previamente, pero siempre ligados a modificaciones que suelen tardar miles o millones de años en ocurrir.
Sin embargo, este trabajo es el primero que evalúa de modo explícito las relaciones entre la aridez y los desajustes de los ciclos del carbono, nitrógeno y fósforo bajo condiciones naturales a una escala global, y sus resultados aportan información sobre los cambios que pueden ocurrir en las próximas décadas.
Factores climáticos como la aridez son muy relevantes en las zonas áridas, ya que el agua es el principal limitante de la actividad biológica en estos ecosistemas.
Las zonas áridas cubren el 41 % del planeta y albergan al 38 % de la población.
Los resultados significan un cambio en “las reglas de juego con las que microorganismos y plantas deben subsistir en un futuro cercano, y puede afectar tanto a su diversidad en estos ecosistemas, como a los distintos procesos biológicos que determinan los bienes y servicios que prestan”, señala Manuel Delgado, que lidera el estudio.
El muestreo de campo ha consistido en una observación directa de 224 ecosistemas naturales dispersos en 16 países de todos los continentes excepto la Antártida, y ha sido completado por un examen de más de 2.600 muestras de suelo, realizado en los laboratorios de las universidades Rey Juan Carlos, Pablo de Olavide y de Jaén.
En definitiva, este trabajo pone de manifiesto la necesidad de evaluar el impacto derivado del cambio climático en ciclos esenciales para la vida sobre funciones ecológicas básicas tales como la respiración, la producción primaria y la descomposición.
Por ejemplo, una disminución de la disponibilidad de nitrógeno en el medio podría reducir la producción de la enzima encargada de la fotosíntesis, reduciendo la capacidad de las zonas áridas para fijar carbono derivado de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles.“, subraya Delgado.
La publicación de este estudio es la culminación de cinco años de investigaciones, en el que han participado más de 50 investigadores de treinta instituciones de 16 países.