La Asamblea Nacional del Pueblo (ANP), el Legislativo chino, concluyó hoy sus sesiones anuales con la promesa del primer ministro, Li Keqiang, de que su Gobierno será implacable en la lucha contra la corrupción y la contaminación medioambiental.
En una rueda de prensa tras la clausura de las sesiones anuales del Legislativo chino, Li, que cumple ahora su primer aniversario de liderazgo junto al presidente, Xi Jinping, prometió que su Gobierno mostrará una “tolerancia cero” con la corrupción.
Además, el primer ministro sí prometió que habrá una campaña para “atajar actividades ilegales” como la falsificación de bienes de consumo, el fraude, la violación de los derechos de propiedad intelectual o la contaminación, cuyos culpables serán “duramente castigados”.

Con respecto a la contaminación, un asunto no menos polémico en China que la corrupción, Li enfatizó que China necesita “medidas y regulaciones más duras para combatirla”.
“Los órganos de control que den la espalda a actividades contaminantes y fallen en el desarrollo de sus funciones tendrán que rendir cuentas por ello”, dijo el líder chino.
Acerca de qué quiso decir con “declarar la guerra al smog”, tal y como manifestó durante su discurso de apertura de la ANP la pasada semana, Li aseveró que “no es declararle la guerra a la naturaleza”.
“Al contrario, lo que queremos decir es que le vamos a declarar la guerra a un modelo de crecimiento y un modelo de vida ineficaces e insostenibles”, añadió.
Decálogo hace un año
El pasado año, el Consejo de Estado emitió un plan de diez puntos para prevenir el control de la contaminación del aire, por el que ahora China revisa el nivel de las partículas contaminantes PM 2,5 -las más pequeñas y perjudiciales para la salud, ya que pueden penetrar directamente en los pulmones-, en 161 ciudades.
“Se trata de la escala más extensa entre todos los países en vías de desarrollo”, dijo Li.
No obstante, algunas críticas frecuentes apuntan a que las mediciones oficiales chinas no son muy realistas y que suelen dar cifras por debajo de las que publican los controles de algunas Embajadas en la capital, por ejemplo.
La potencia asiática también se ha impuesto el objetivo de reducir un 3,9 % el consumo de energía, en contraste con el 3,7 % que bajó el pasado año, lo que equivale a someter a combustión 22 millones de toneladas menos de carbón, la principal fuente energética de la segunda economía mundial, recordó Li.
El primer ministro admitió que la causas de la contaminación son “complejas” y que “gestionar el problema lleva tiempo”.
En este sentido, Li instó al “Gobierno, las empresas y cada individuo de la sociedad a actuar juntos y realizar esfuerzos consistentes para ganar la batalla al smog”. EFEverde
Debe estar conectado para enviar un comentario.