Medio siglo después de la primera conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente, las medidas adoptadas, aún “insuficientes y menos rápidas de lo necesario”, arrojan un diagnóstico “pesimista”, ha afirmado Luis Jiménez, presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades (ASYPS).
A dicha conferencia celebrada en Estocolmo (Suecia), asistieron 113 Estados, y a partir de ella se incorporó la protección del medio ambiente a la agenda internacional, y 50 años más tarde “existen más de 500 tratados internacionales” en esta materia, ha señalado Jiménez durante su intervención en el coloquio de la Fundación Alternativas con motivo de este aniversario, que se cumple el domingo 5 de junio.
[box type=”shadow” ]A pesar de estos tratados internacionales, “siguen faltando instituciones fuertes y sólidas para regular los bienes ambientales públicos además de los males ambientales”, ha continuado Jiménez, quien alude a la “necesidad de una reforma profunda” en las Naciones Unidas.[/box]Dado que cada país cuenta con su propia soberanía nacional, resulta “difícil” que los países cedan soberanía a favor de una global, por lo que los avances son “insuficientes”, aunque en mayor medida en cooperación internacional frente a la gobernanza nacional, ha matizado.
A su juicio, el actual modelo de cooperación internacional está “obsoleto”, en clara referencia a que los estados más desarrollados han crecido “más a costa de los países pobres”, y al hablar de sostenibilidad en los estados del norte se hace a costa de la “insostenibilidad del sur”.
Por ello, Jiménez ha instado a formar parte de un “modelo de responsabilidades comunes pero diferenciadas”, debido a que la “deuda histórica” que tienen con la naturaleza los países ricos “no es la misma que la que tienen los países pobres”.

La autosuficiencia europea
Ante crisis internacionales, como la actual crisis sanitaria y el conflicto bélico en Ucrania, Jiménez ha señalado que la sociedad tiene la oportunidad de “repensar el modelo de desarrollo”.
En esta línea, ha aludido a la importancia de una “autosuficiencia europea”, que no necesite de energía o materias primas del exterior, dado que para ser sostenible “hay que ser autosuficiente en gran medida, y no a costa de la insostenibilidad de los demás, debido a que en el conjunto global la ecuación no funciona”.
Una autosuficiencia que “puede venir bien para acelerar la transición energética y digital”, además de para crear empleo sostenible y economía verde. EFEverde
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