Qué pasó en… 1994 Un año negro de incendios forestales y decepción ecologista por Zorita e Itoiz- Por (*) Arturo Larena

Publicado por: generico 31 de diciembre, 1995

Por Arturo Larena.- Los incendios forestales, que destruyeron 400.000 hectáreas de monte, han marcado 1994 como uno de los peores del siglo desde el punto de vista ambiental, un año en el que los ecologistas españoles perdieron la batalla contra el embalse de Itoiz y la nuclear de Zorita.

A las pérdidas económicas provocadas por el fuego y evaluadas en 150.000 millones de pesetas, se unió la muerte de 36 personas, 27 de ellas miembros de los equipos de extinción, lo que motivó numerosas acusaciones de “ineficacia y descoordinación” contra los responsables de la lucha contra incendios, cuyas competencias están transferidas a las Comunidades Autónomas.

Otro elemento, el agua, se convirtió -por su escasez- en uno de los “protagonistas” medioambientales del año, tras desencadenarse un nuevo capítulo de la “guerra del agua” entre Valencia, Murcia y Castilla-La Mancha por el trasvase Tajo-Segura, y zanjado de forma salomónica por el Consejo de Ministros autorizando el envío de una cantidad de recursos hídricos algo inferior a la solicitada.

Para el movimiento ecologista, el año que concluye tuvo su “cara y su cruz”, con éxitos como la creación del Consejo Asesor de Medio Ambiente -máximo organismo consultivo de la Administración para estas cuestiones- y en el que lograron que 11 de sus 26 integrantes fueran representantes de las ONG.

Entre las “cruces” de los ecologistas, destacan especialmente: el embalse navarro de Itoiz y la central nuclear de José Cabrera (Guadalajara).


La Unión Europea desestimó la queja presentada por la coordinadora contra la construcción del pantano de Itoiz, a pesar de los informes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y del ICONA, que hablaban de impacto ambiental.

La nuclear José Cabrera, parada desde enero tras detectarse un proceso de agrietamiento múltiple en las penetraciones de la tapa del reactor, se convirtió en “símbolo” de la resistencia antinuclear de múltiples organizaciones, que pidieron su cierre.

Sin embargo el dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) fue favorable a la propuesta de reparación presentada por la empresa propietaria, Unión Fenosa, operaciones que comenzaron en noviembre de 1994 y que concluyeron al comienzo de 1995.

En el CSN, su presidente, Donato Fuejo, era sustituido por Juan Manuel Kindelán, hasta entonces máximo responsable de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA), quien advirtió que las Comunidades Autónomas empiezan a poner pegas para investigar donde se instalara el futuro almacén de residuos de alta radiactividad.

En la gestión de la política medioambiental hubo importantes cambios durante 1994. El director general del ICONA y primer ecologista en este puesto, Humberto da Cruz, fue sustituido por Fernando Estirado. Da Cruz, cuya gestión había sido criticada hasta por las propias organizaciones ecologistas, fue relevado por el nuevo Ministro de Agricultura, Luis Atienza -considerado mucho más sensible frente a los problemas ambientales que su antecesor, Vicente Albero.

También un español, el director general de Política Ambiental, Domingo Jiménez Beltrán, fue elegido como máximo responsable de la Agencia Europea de Medio Ambiente que, con sede en Copenhague (Dinamarca), inició ese año su andadura.

En la conferencia sectorial de Medio Ambiente, comunidades autónomas y Administración avanzaron en la elaboración de los futuros planes nacionales de Residuos y de Depuración, pero estos no fueron los únicos temas pendientes, ya que entre otros quedó por resolver el cierre de la autovía de Valencia a su paso por el paraje de las Hoces del Cabriel y la directiva de acceso a la información ambiental.

En Madrid, la organización ecologista Greenpeace se convirtió en centro de la atención internacional, cuando dos de sus miembros escalaron el techo del centro donde el Fondo Monetario Internacional (FMI) celebrará la ceremonia de apertura de su asamblea anual y, en presencia de los reyes Juan Carlos y Sofía, desplegaron una pancarta contra la destrucción de la capa de ozono y el cincuenta aniversario del Banco Mundial.

Mientras, el “agujero de ozono” sobre la Antártida registraba los valores mínimos de su historia, al descender por primera vez su espesor más del setenta por ciento.

Respecto a la de la Red de Parques Nacionales, formada por nueve espacios, el Consejo de Ministros aprobó en 1994 el proyecto de Ley de creación del futuro Parque Nacional de Picos de Europa, con el que se inició la ampliación del actual de la Montaña de Covadonga.