La Consejería de Presidencia continúa con los trabajos de restauración ambiental, previstos en una primera fase, para la recuperación de la zona que se vio afectada por el incendio declarado en Salmerón (Moratalla) el 1 de julio de 2012, que calcinó 1.370,10 hectáreas de terreno forestal y agrícola del paraje Sierras y Vega Alta del Río Segura, y ríos Alhárabe y Moratalla.
Las actuaciones, financiadas por la Consejería de Presidencia, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Obra Social La Caixa, se han centrado en la extracción y eliminación del arbolado quemado, la construcción de estructuras para el control de la erosión y el arreglo y mejora de infraestructuras viarias.
A estos trabajos, que se iniciaron a principios de abril y se prevé que finalicen a finales de este año, se han destinado 1.516.000 euros.
Según un comunicado de la Comunidad Autónoma, se han construido 300 albarradas y fajinas, 285 de madera y 15 de mampostería, que ayudarán a soportar la presión de las lluvias y sedimentos del agua, frenando así la fuerza erosiva y disminuyendo los arrastres, y se han acondicionado casi 35 kilómetros de caminos forestales, gravemente deteriorados por las lluvias y los arrastres.
Una recuperación ambiental en tres fases
El plan de trabajo proyectado para la recuperación de la cubierta vegetal de la zona calcinada en Moratalla comenzó con la extracción y eliminación de la madera quemada mediante la corta y retirada del arbolado calcinado y el triturado de ramas y arbolado fino.
Con esta operación se consigue que la madera se descomponga más rápidamente y pase a formar parte del suelo del futuro bosque.
A continuación, se procedió a la construcción de albarradas de madera y mampostería para el control de la erosión, problema que acontece tras un incendio por la falta de sujeción. Así, la propia madera extraída de la zona ha servido de materia prima para poder realizar tratamientos de contención de laderas.
Estas pequeñas estructuras se han construido transversalmente a los cauces naturales (cárcavas y barrancos) para retener los arrastres de sedimentos cuando se produce una lluvia de cierta intensidad o torrencial.
Al finalizar los trabajos de restauración ecológica, se han desarrollado obras para el arreglo y mejora de infraestructuras viarias dañadas. En este sentido, se han reparado todos aquellos tramos de caminos de servicio de los montes dañados por los desprendimientos de rocas, el arrastre de sedimentos por las lluvias torrenciales y el tránsito de maquinaria.
Estos trabajos permiten la incipiente regeneración natural, pero sin los restos vegetales dañados por las llamas que quedaban en el terreno.
Un objetivo ambicioso
Las actuaciones en la zona van encaminadas a recuperar las condiciones previas al incendio y ayudar a la regeneración de la zona.
Los objetivos de dichos trabajos consisten en mejorar el ecosistema afectado y poder aumentar la biodiversidad y las condiciones de vida para la fauna, la cobertura forestal, reducir la erosión y proteger frente a futuros incendios, permitiendo al mismo tiempo recuperar la economía local.
No obstante, sigue siendo necesario trabajar sobre el total de la superficie afectada, especialmente en el control de la erosión, a través de trabajos de corrección hidrológico-forestal, que minimicen las pérdidas de suelo y los daños por escorrentías.
Para ello, se deberá realizar la instalación de diques de contención, sobre todo porque la zona está próxima al río Segura y a una amplia red de caminos y terrenos de cultivo de la Vega del Segura.
En otra fase de regeneración, se estudiarán y abordarán posibles trabajos, tales como la repoblación forestal en aquellas zonas con escasez de regeneración, los tratamientos selvícolas en aquellas zonas donde el regenerado sea excesivo y la reparación de infraestructuras. EFE
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