EFEverde.- Intensificar de forma sostenible la producción agrícola -con un uso eficiente de agua, suelo y energía- puede colaborar en la producción de alimentos para una demanda mundial creciente, con un nivel eficaz en el terreno de la protección medioambiental.
Esta es la premisa que hoy, Día Mundial de Medio Ambiente, defienden entidades como la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible, quien sustenta su posición a partir de los resultados de un estudio realizado sobre los indicadores de sostenibilidad de la agricultura y ganadería españolas.
Declarado por la ONU en 1973, este Día Mundial se celebra en más de 100 países, y este año lo hace bajo el lema "Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación".
Según la ONU, para 2050, si continúan las actuales pautas de consumo, con una población mundial que crece y que se espera que alcance los 9.600 millones, "necesitaríamos tres planetas para mantener nuestros actuales modos de vida y consumo".
Para afrontar esta situación, la Plataforma remarca que la agricultura española consume cada vez menos agua y energía, pierde menos suelo y emite menos gases a la atmósfera para producir un kilo o un litro de producto.
Calcula un ahorro estimado por kilo de cosecha producida de entre el 30 y el 60 % en su mayoría, y de incluso el 70 % en algunos casos concretos.
El estudio refleja que, en los últimos años, ha aumentado la productividad, hasta en un 200 %, en el caso del maíz, la remolacha, el viñedo, el olivar de transformación, el melón o el tomate; y sin, embargo, han requerido el uso de un volumen de agua, tierra o energía "que es sólo una fracción" del que era necesario para el mismo volumen hace 30 años.
En este sentido, afirma que gracias a la innovación tecnológica agraria se necesita menos tierra para generar una tonelada de producto, especialmente en maíz, remolacha, olivar, viñedo, tomate o melón.
Como ejemplo, precisa que en el caso del maíz se ha reducido desde 1980 en casi el 50 % y en del tomate y la remolacha, un 52 %.
A ello se suma, según la Plataforma, la reducción de la pérdida de suelo por kilo de alimento producido: las nuevas tecnologías y sistemas de cultivo han permitido frenarla en un 64 % en la remolacha, el 52 % en el tomate y el 18 % en el maíz.
El estudio alude, asimismo, a la evolución en el consumo de agua de riego -"agua azul"- por unidad de producto, y remarca disminuciones en cultivos como maíz (un 35 % menos desde 1980), remolacha (-46 %) y tomate (-34 %).
Otros de los aspectos relacionados con el impacto medioambiental de la producción agrícola analizados por el estudio de la Plataforma son el consumo energético y la fijación de CO2.
Apunta un descenso por unidad de consumo energético del 27 %, 12 % y 70 % en el maíz, tomate y remolacha, respectivamente y una elevación de la capacidad de los cultivos para fijar CO2, como resultado del incremento de su productividad en términos de biomasa total.
Desde la Plataforma tecnológica se resalta que el valor de una tonelada de CO2 fijada por los cultivos llega a alcanzar hasta los 6.000 euros, lo que a su juicio refleja el alto valor añadido que proporcionan (los bonos de carbono cotizan en el mercado en el entorno de los 15 euros por tonelada, según sus datos).
Según fuentes de Monsanto, puede verse que la agricultura es una herramienta de producción alimentaria, capaz de avanzar tecnológicamente, no solo para producir más -como demanda la sociedad -, sino para hacerlo con un elevado nivel de eficiencia.
Convertirse en un apoyo más en esa defensa del medio ambiente, para la que el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, recuerda que "a pesar de que las decisiones individuales pueden parecer insignificantes, cuando miles de millones de personas se unen con un propósito común, pueden marcar una gran diferencia". EFEverde
