La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha declarado este viernes la alerta hidrológica en el Empordà, Banyoles, la cordillera Transversal y Prades-Llaberia, que comprenden 129 municipios, con lo que se elevan a 279 las localidades catalanas, en las que viven más de 683.000 personas, que ya están afectadas por restricciones de uso de agua por la sequía.
La declaración de alerta comporta reducciones en los usos de agua agrícolas, industriales y lúdicos, mientras que la sequía mantiene desde hace tiempo en alerta el acuífero de Carme Capellades, la cabecera del Ter, el Llobregat Medio y el Anoia-Gaià, y en prealerta (al 39 % de su capacidad) el sistema Ter Llobregat y el embalse de Darnius Boadella (al 36 %).
Esta situación de sequía ha obligado a intensificar el trabajo de las desalinizadoras catalanas, que han incrementado su funcionamiento hasta el 90 % y en siete meses han aportado más de 38 hm3 al sistema, evitando que los embalses hayan descendido unos seis puntos, según ha informado la (ACA).
El Diario Oficial de la Generaliat (DOGC) publica hoy la resolución que establece la alerta hidrológica por sequía en las unidades del Empordà, Banyoles, la cordillera Transversal y Prades-Llaberia por la sequía pluviométrica.
Estas cuatro unidades, que engloban a un total de 129 municipios, no dependen del agua de los embalses ni de grandes acuíferos, y su abastecimiento se calcula a partir de la pluviometría, ya que disponen de captaciones propias (pozos, agua superficial, balsas , entre otros) para garantizar las demandas.
Mientras tanto, continúan en situación de alerta el acuífero de Carme Capellades (que afecta a 15 municipios del Anoia y uno del Alt Penedès), la cabecera del Ter (63 municipios), el Llobregat medio (34 municipios) y el Anoia-Gaià (38 municipios).
683.000 vecinos afectados
Así, ya son 279 municipios los que están en situación de alerta por sequía, lo que representa una población de 683.000 habitantes, el 9 % de la población de Cataluña.
Según la ACA, las medidas que se aplican en situación de alerta por sequía implican reducir el agua para riego agrícola (25 %), para usos ganaderos (10 %), para usos industriales (5 %), para usos recreativos que impliquen riego (30 %) y otros usos recreativos (5 %).
Por lo que respecta a los usos de abastecimiento doméstico, se establecen limitaciones particulares para determinados usos urbanos que deben cumplir todos los municipios, como limitar el riego de jardines y zonas verdes, prohibir el llenado de fuentes ornamentales y la limpieza de calles con agua de red, limitar el llenado de piscinas y la limpieza de vehículos, entre otros.
También se define una cifra para el consumo global de agua por abastecimiento a un máximo de 250 litros por habitante y día.
En cuanto al sistema Ter Llobregat, con las reservas al 39 %, sigue en el escenario de prealerta, como también ocurre con el embalse de Darnius Boadella, mientras que en el ámbito del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) pasa de la normalidad a la prealerta por sequía dado que el embalse de Mequinenza, gestionado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), se encuentran en niveles muy bajos, aunque el abastecimiento está garantizado.
Según la ACA, las unidades del acuífero del Baix Ter y el Fluvià Muga, continúan en situación de normalidad.
Lluvias insuficientes
Aunque las lluvias de los últimos días no han aportado volúmenes significativos de agua a los embalses, sí que han reducido la tendencia descendente y sobre todo la velocidad del descenso y han permitido desembalsar menos agua y alargar las reservas.
Entre las medidas que se están aplicando para garantizar el agua también se ha incrementado la producción de agua desalinizada hasta el 90 % de la capacidad de las desalinizadoras desde el pasado 8 de agosto, lo que supone una producción media de 5,4 hm3 al mes. EFEverde
