Efeverde.- Nueve organizaciones dedicadas a la conservación de la naturaleza han recordado a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta que la bromadiolona, veneno autorizado contra la plaga del topillo en la Comunidad, ha sido excluido del registro correspondiente del Ministerio de Agricultura.
A través de un comunicado, esas asociaciones que conforman el Programa Antídoto, han recordado que se trata de un producto “extremadamente peligroso y persistente en el medio natural, ya que transcurridos 318 días desde su ingesta por un roedor, la concentración en su organismo sólo se reduce a la mitad“.
Ello provoca una “cadena de envenenamientos en los depredadores de roedores, como es el caso del milano real“, especie catalogada en peligro, y cuya principal población invernante mundial está en Castilla y León.
Las asociaciones han explicado que “se ha comprobado una notable disminución de las poblaciones reproductoras tratadas con rodenticidas mientras que, en los puntos donde no se ha empleado veneno en el pasado, los efectivos crecen“.
Bromadiolona por “vía de excepcionalidad”
La Junta de Castilla y León ha solicitado la utilización de ese veneno por vía de excepcionalidad al Ministerio “lo que supone continuar y profundizar en el grave deterioro y desequilibrio en los sistemas agrícolas afectados“.

En una carta, las nueve entidades han explicado al consejero, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que “buena parte de los problemas actuales con los roedores agrícolas podrían solucionarse con las técnicas alternativas que la ley plantea antes de recurrir a venenos químicos“.
Se trata de medidas que “apenas se están aplicando, como es el caso del manejo de cultivos, labrado de las alfalfas que superen los umbrales de riesgo, destrucción mecánica de colonias o inundación de huras en alfalfas de regadío“.
“Tampoco se ha dado prioridad a la lucha biológica, es decir, a fomentar los predadores naturales de los roedores y los hábitats de estos predadores para hacer sus poblaciones más estables y abundantes”, según las citadas asociaciones.
A juicio de estas entidades, “para que puedan emplearse los rodenticidas, es preciso que se hayan puesto en marcha otras medidas no químicas y, además, han de haberse superado los umbrales poblacionales de tratamiento“.
Se desconocen los umbrales anuales
“En este momento, se desconocen los umbrales anualmente medidos y seguidos por zonas geográficas en Castilla y León, así como la eficacia de las medidas adoptadas“, aunque son datos que legalmente debían haber sido comunicadas al Ministerio de Agricultura anualmente, desde que en 2007 se hizo la declaración de plaga, “sin que así se haya hecho”.
Las organizaciones también han recordado que en la plaga de 2007 los estudios confirmaron que las poblaciones de topillos decayeron igualmente y en iguales periodos de tiempo en las zonas tratadas con rodenticidas que en las no tratadas, lo que se ha repetido en situaciones posteriores, al menos en 2011 y 2014.
El pasado 5 de diciembre se publicaron las medidas para combatir la plaga de topillos en siete comarcas agrarias de la Comunidad.
Medidas correctoras

Entre las medidas correctoras figuran el arado profundo en parcelas afectadas, la quema de rastrojos controladas, colocación de trampas y el uso del mismo rodenticida utilizado en los casos anteriores –bromadiolona-, aunque para el uso del veneno la orden publicada hoy detalla una serie de condiciones que deben cumplir los agricultores que lo vayan a usar.
La Junta establece que antes de utilizar el veneno se requerirá que previamente hayan aplicado en la zona las medidas fitosanitarias mencionadas y que las parcelas ya estén sembradas, además de que quien lo aplique deberá tener el carné de usuario profesional de productos fitosanitarios básico.
Además, para minimizar los riesgos del uso de este veneno, la Consejería remite al cumplimiento de los procedimientos detallados en la Resolución de la Dirección General con competencias en sanidad vegetal, para usarlo de forma “localizada y selectiva”.
Las zonas afectadas son las comarcas de Campos (Palencia), Pisuerga (Burgos), Esla-Campos y Sahagún (León), Tierra de Campos (Valladolid), Campos-Pan (Zamora) y Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), aunque el número de roedores -topillo campesino- es menor en los casos de Pisuerga y Sahagún. Efeverde
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