Tres décadas de cooperación hispanolusa en la lucha contra el cambio climático

José Carlos Rodríguez

Santiago de Compostela (EFE).- El programa de cooperación transfronteriza Interreg España-Portugal (POCTEP) de la UE lleva tres décadas impulsando proyectos de colaboración hispanoportuguesa. En el periodo 2014-2020 financió un total de 251 proyectos que se tradujeron en una inversión global de hasta 484 millones de euros, muchos de ellos centrados en la lucha contra el cambio climático.

Ahora toca hacer balance, con el objetivo de establecer los nuevos marcos de colaboración y aprender de las buenas prácticas de cara a la convocatoria de los programas para el periodo 2021-2027, para el cual la Comisión Europea aprobó una dotación financiera de más de 320 millones de euros.

MarRISK & RADAR on Raia

La medición de los riesgos asociados al cambio climático en el litoral así como la vigilancia oceanográfica a nivel local es uno de los aspectos que el programa POCTEP tiene en cuenta a la hora de desarrollar proyectos de cooperación transfronteriza.

En este sentido, el proyecto RADAR on Raia, busca actualizar y extender fuera de la frontera de Galicia la Red de Radares de Alta Frecuencia que está operativa desde 2011, para así convertirse en una infraestructura de observación transfronteriza que permita conocer mejor la dinámica oceánica en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal.

Entre sus principales misiones están mejorar la gestión de emergencias marítimas, así como de los riesgos costeros. También caracterizar los recursos energéticos marinos, la gestión de las basuras marinas o la de los distintos puertos.

Se trata, por tanto, de generar un valor añadido, que sea fácilmente transferible a empresas y sectores productivos, tal y como señala a Efe la directora general de Calidad Ambiental, Sostenibilidad y Cambio Climático de la Xunta de Galicia, Sagrario Pérez Castellanos.

"Tratamos de tener un sistema de puntos de captación de datos que son esenciales para conocer cuál es el comportamiento que están teniendo parámetros esenciales para la producción de pescado y marisco en las rías, pero también para ver cómo el cambio climático puede estar afectando a esos parámetros", explica.

Modelos meteorológicos y cambio climático

A través de una serie de boyas y de un radar que da servicio a toda la Eurorregión, se pueden conocer valores como la temperatura del agua, la salinidad de la misma o el movimiento de las corrientes marinas.

"Aportamos datos a la gente que trabaja en el mar, así como a otras infraestructuras como puertos deportivos o grandes puertos", señala Castellanos.

También sirve para desarrollar modelos meteorológicos y monitorizar información "mucho más precisa y más local" para conocer cómo el cambio climático está afectando al mar y al litoral.

Según Castellanos, es pronto para decir que el cambio climático está generando una subida de la temperatura del agua en la costa gallega, pero gracias a RADAR on Raia la información recabada se puede objetivizar y crear un histórico que en un futuro sí que permita sacar conclusiones sobre los efectos del cambio climático y qué tendencias se producen en diferentes escenarios.

Adaptación climática

Otro de los proyectos financiados por el programa POCTEP también tiene entre sus objetivos ofrecer servicios climáticos que permitan mejorar la capacidad de adaptación y respuesta de las comunidades costeras en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal ante los riesgos del cambio climático es el MarRisk.

El proyecto comenzó en 2017 y se desarrolló hasta 2021. Según el director general de Meteorología y Cambio Climático, Isaac Gómez Piñeiro, ahora se están valorando los trabajos efectuados de diferentes estudios sobre "la adaptación al cambio climático y la resiliencia costera" que hay en los litorales gallego y portugués.

Gómez asegura que la costa gallega y portuguesa "son muy similares en cuanto a variables ambientales" y que, por tanto, es "importante" compartir la información y consolidar las series de datos observacionales del Observatorio RAIA para identificar así indicadores ambientales y evaluar conjuntamente "los potenciales riesgos costeros en la Eurorregión".

MarRisk aplica modelos regionales para evaluar la variación del nivel del mar, el oleaje, la temperatura del agua y variables biogeoquímicas en dos escenarios RCP (Representative Concentracion Pathway) y en tres horizontes temporales distintos (2030, 2050, 2090).

Además, aporta servicios como el cálculo de rebases y daños en infraestructuras costeras, la estimación de la vulnerabilidad y el riesgo de erosión costera, la evaluación de los servicios de protección costeros aportados por los hábitats dunares, la predicción de episodios tóxicos de algas nocivas o la evaluación de cambios en poblaciones de especies pesqueras.

En el proyecto colabora el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar), cuyos miembros trabajan en la plataforma situada en Cortegada, que forma parte de una red de estaciones que "monitorizan variables meteorológicas y oceanográficas en continuo".

La coordinadora de la Unidad de Tecnologías Marinas del Cetmar, Silvia Torres, afirma que "cada diez minutos están mandando datos a los servidores en tierra".

A nivel meteorológico aporta datos como la dirección e intensidad del viento, la temperatura del aire o la humedad; mientras que a nivel oceanográfico miden variables como la temperatura y salinidad del agua o las corrientes marinas.

Sin embargo, añade que las nuevas tecnologías están permitiendo monitorizar nuevos parámetros y "ampliar el abanico" de manera que también se mide el ruido marino y por tanto la presencia de diferentes especies en la zona, así como el PH, que aporta información sobre "la posible acidificación de las aguas debido al cambio climático" o sensores para medir "la concentración de radón".

Relación con las actividades de los pescadores

Las aplicaciones son numerosas. Toda esta información no solo sirve a los mariscadores, percebeiros o pescadores, que comprueban "día a día" para planificar su actividad o asegurarse una mayor productividad, sino que también les aporta "seguridad" en sus condiciones de trabajo.

Además es útil para elaborar las predicciones meteorológicas y por tanto para actividades recreativas o deportivas que se realicen en la costa e incluso para los turistas, que pueden escoger a qué playa quieren ir dependiendo de la temperatura del agua y las corrientes.

Por último, Torres asegura que precisamente los datos de corrientes son "clave" para dar soporte a Salvamento Marítimo y a los servicios de guardacostas en casos de emergencia o de enfrentarse a un rescate, así como para gestionar "una contingencia marina o un episodio de contaminación".

Incrementar la resiliencia territorial

Otro de los proyectos financiados por el programa POCTEP son el Migra Minho Miño, que tiene como principal objetivo, mejorar la protección y la gestión sostenible del espacio natural de frontera que conforma la subcuenca internacional del río Miño y sus afluentes.

Por otra parte, el proyecto Ariem+ permite a los responsables de la gestión y movilización de recursos ante grandes emergencias de Galicia, Castilla y León y el norte de Portugal colaborar con el objetivo de "incrementar la resiliencia territorial frente a riesgos naturales transfronterizos", tales como incendios, inundaciones o temporales.

También en 2014 nació la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Galicia-Norte de Portugal (GNP, AECT), cuya misión consiste en dar un impulso a la creación de nuevos procedimientos para optimizar la gestión administrativa a todos los niveles, aprovechando las sinergias transfronterizas y simplificando los sistemas de gestión pública regional y local a ambos lados de la frontera. EFEverde