El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha dicho que no cree que vaya a pasar a la historia por decir que come yogures caducados y se ducha con agua fría, y ha subrayado que se siente orgulloso de incitar a los españoles al ahorro de energía y agua.
En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que ha aprobado el anteproyecto de ley de evaluación ambiental, Arias Cañete ha sido preguntado si cree que pasará a la historia por este tipo de declaraciones.
“Yo creo que pasaré a la historia por muchas más cosas, porque me dedico a trabajar en leyes de evaluación ambiental, en defender la política agraria común, en tener un sector agroalimentario dinámico, que está creciendo la renta agraria y aumentado las exportaciones”.
“Llevo muchos años en política, haciendo muchas cosas”, ha añadido el ministro, que a principios de año declaró que había que cambiar la fecha de caducidad de muchos productos, ya que el margen de seguridad era mucho más alto que el impreso, y dijo que si veía un yogur en la nevera “ya puede poner la fecha que quiera que yo me lo voy a comer”.
Después, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria anuló la norma del yogur, definiéndolo como objeto de consumo preferente.
“Pasaré a la historia -ha indicado- por haber regulado un producto de acuerdo con las normas que los científicos establecen, de manera que no se desperdicie alimentos y que no se tiren a la basura”.
Respecto a sus declaraciones de esta semana, en las que dijo que se duchaba por la mañana con agua fría para ahorrar energía, ha reiterado que el 20 % de la energía que se emplea en los hogares se destina a calentar agua.
“Todo lo que he dicho es que podemos ahorrar energía si no dejamos correr el agua hasta que se pone caliente, ahorraremos energía y, en segundo lugar, economizamos agua”.
Estas prácticas diarias, añadió, suponen un desperdicio de casi 10 litros de agua por habitante, “que multiplicado por 365 días son 3.650 litros, tres metros cúbicos y medio, que multiplicados por 45 millones de ciudadanos dan una cifra astronómica de recursos hidraúlicos, que se utilizan para nada en un país con falta de agua”. EFEverde