Cineasta Ballús: La contaminación marina no es solo plástico sino también ruido

Jose Oliva. Barcelona, nov (EFE).- La cineasta Neus Ballús ("Seis días corrientes", "La plaga") se adentra en el "fascinante" mundo de las ballenas en "Blow!", un cortometraje documental con el que, ha dicho, pretende advertir de que "somos conscientes del problema de los plásticos en el mar, pero no de la contaminación acústica".

En una entrevista con EFE, Ballús, que acaba de estrenar "Blow!" en el Festival Internacional de Documentales de Ámsterdam (IDFA), el certamen de documentales más prestigioso de Europa, ha explicado que "como la protagonista, muchas de nosotras hemos soñado desde la infancia con encontrarnos al mayor animal del mundo".

Monstruosa, fascinante y misteriosa, la ballena es de los seres reales y mitológicos que a lo largo de nuestra historia nos ha obsesionado más como especie, y ese poder de atracción se agudizó, explica, cuando se cruzó por primera vez con una ballena en un lugar nada exótico, frente a las costas de Vilanova i la Geltrú, cerca de Barcelona.

Considera que la fascinación que despierta la ballena "no es solo por su tamaño, sino también por la gran humildad que demuestra al relacionarse con el medio, muy distinto de como lo hacemos los humanos, ellas no producen ningún tipo de impacto negativo en el agua".

Cree Ballús que después de varias películas sobre "la diversidad humana y la dificultad de convivir", le resultaba atractivo hacer un filme en el que aparecen otros seres vivos que también nos puedan enseñar cosas.

Los animales, añade, pueden enseñarnos esa humildad y "una total ausencia de ambición de poder desmedida, que es precisamente lo que nos está llevando hacia la autodestrucción".

Además de tener un carácter reivindicativo sobre el problema que supone la presencia de plásticos en el Mediterráneo, Ballús ha querido poner el acento también en "la contaminación acústica, de la que somos menos conscientes".

Problemas para captar los sonidos de las ballenas

La protagonista tiene dificultades para captar los sonidos de las ballenas, porque "debajo del agua hay muchísimo ruido, mucho más del que había antes, y lo que está pasando es que los animales marinos están muy confundidos y comienzan a no poder comunicarse entre sí".

Hay estudios, asegura la directora, que demuestran que las ballenas están empezando a cantar más fuerte para escucharse entre ellas, y su mayor causa de muerte es por el choque con barcos mercantes.

Inicialmente Ballús era consciente de que ya hay muchos documentales sobre ballenas y el fondo marino, por eso optó por hacer "una película más inmersiva que narrativa", creando "cierta atmósfera fílmica", en la que lo importante no es ver las ballenas, que al fin y al cabo es "una acción de posesión", sino "intentar escucharlas, que tiene algo de metafórico, de saber realmente quiénes son".

El rodaje, que se llevó a cabo en abril y julio de 2022 en Vilanova i la Geltrú, superó algunas dificultades, puesto que las ballenas aparecen en el Mediterráneo sólo unas semanas al año, en función de circunstancias como la cantidad de lluvia y krill, la comida de la que se alimentan los rorcuales.

Rodar la película fue un reto, por el hecho de grabar sobre un catamarán de 16 metros en continuo movimiento sobre el mar siguiendo a las ballenas, con un equipo técnico reducido que convivía con un grupo de científicos, y además por que la propia Ballús se marea con facilidad sobre este medio.

En ningún momento pensó en convertir este cortometraje en un largometraje, porque se trataba de "explicar este momento y esta fascinación y este encuentro con la ballena" y además le ha gustado mucho justamente volver al corto, a sus orígenes, con "una historia que se puede contar en 14 minutos, y en medio de un exceso de propuestas audiovisuales parece hasta sano no proponerlo más largo".

Este último trabajo de Ballús estará también en competición oficial en el Festival Internacional de Cine de Gijón y en el Zinebi-Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, que tienen lugar este mes de noviembre, y además es candidato a mejor cortometraje documental en los Premios Goya. EFEVerde