La coportavoz de Equo y diputada andaluza Carmen Molina ha dicho que Doñana «ahora mismo es un desierto», en referencia a la restauración hídrica que demanda la formación verde, y ha añadido que las aves «han tenido que salir» del espacio natural para trasladarse a la zona de los arrozales.
Según Molina, «es básico que se recuperen todos los aportes hídricos de todas las cuencas vertientes a Doñana».
Para Equo, es necesaria una restauración hídrica de las marismas, que llegaron a tener 150.000 hectáreas y ahora tienen 27.000, que pasarían a más de 40.000 con la ampliación.
«Esta nueva protección no solucionaría el problema del agua y de los pozos ilegales», ha indicado la diputada de Equo, que se ha unido a las críticas de la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, que lamentaba ayer en el Parlamento que existan 2.000 pozos ilegales.
Equo también ha denunciado que, además del «grave problema» de la gestión hídrica del parque, ahora existe sobre el acuífero un riesgo al «seguir adelante el proyecto de utilizar el subsuelo del Parque Nacional para el almacenamiento y transporte de gas natural» en una zona calificada de máxima protección.
Para Molina, «apostar por este tipo de recursos implica retrasar aun más el desarrollo e implantación de las energías renovables y el ahorro energético además de seguir aumentando las emisiones de efecto invernadero». EFEverde