La búsqueda de un techo, agua y comida no es exclusiva de los seres humanos en la zona de Nicaragua golpeada recientemente por los poderosos huracanes Eta e Iota, ya que los animales viven un drama similar.
Según un informe de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (Uraccan), citado por el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Marena, los animales salvajes han empezado a acercarse a las zonas habitadas por humanos en busca de alimentos o cobijo.
A lo largo del mes de noviembre, Nicaragua, entre otros países, sufrió el impacto de Eta y de Iota, ambos en categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5.
Especies en peligro de extinción como el mono congo, el tapir (Tapiros bairdii), loras o tucanes han sido vistos en los alrededores de las viviendas, en zonas rurales, a la espera de alimento o refugio, según informó un delegado del Marena.
“Hemos encontrado loras, tucanes, incluso encontramos un tapir en la comunidad de Mongallo (noreste), algo que fue sorprendente, en el patio de una casa”, dijo el delegado del Marena Saúl Castillo, miembro de un equipo que estudia el comportamiento de la fauna del noreste de Nicaragua.
El tapir, también conocido como “danto” en Nicaragua, es uno de los mamíferos más grandes y escasos del país. Puede llegar a pesar 175 kilos, pero quedan poco más de 600 ejemplares en el territorio, según datos del Zoológico Nacional.
La Uraccan informó de que una colonia de 12 monos congos “que quedaron sobreviviendo en el único árbol gigante que quedó en pie en la comunidad Ojo de Agua, en Siuna (Región Autónoma Caribe Norte)”, debió ser alimentada por un equipo técnico de dicho centro de estudios y del Marena para evitar que murieran de hambre.
Tanto el tapir, como el mono congo, cinco especies de tucanes y cuatro de loras están en la lista de especies en “peligro de extinción” de Nicaragua.
Sin embargo, el país cuenta con el equivalente al 10 % de la biodiversidad mundial, según datos del Marena, que no ha informado de los detalles del impacto de los huracanes en la vida silvestre.
“Nos hemos encontrado con una diversidad de fauna en estado crítico”, aseguró Castillo.
Una situación similar se vivió en la misma zona en 2007, tras el paso del huracán Félix, cuando hubo reportes de animales y humanos peleando por comida en los patios de algunas viviendas. EFEverde