A tan solo un mes para que dé comienzo la Cumbre del Clima COP27, que se celebrará en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, España calienta motores para su participación bajo el "fantasma" de la crisis energética y la necesidad de mantener sus compromisos, así como de avanzar en cuatro áreas clave de la acción climática: adaptación, mitigación, finanzas y daños.
“Esta cumbre, sobre todo, girará en torno a dos temas más importantes que van a ser los de adaptación y financiación”, ha explicado a EFE el responsable de clima y energía de Ecologistas en Acción (EA), Javier Andaluz, quien ha agregado que en el caso de la adaptación está pendiente la revisión del nuevo objetivo global cuantificado para 2025, que tiene que ver con la provisión de fondos.
En el caso de España, en la pasada cumbre de Glasgow, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió unos 1.350 millones de euros en los plenarios finales y, como apunta Andaluz: “Estamos todavía viendo si esto va a ser suficiente con lo que están pidiendo los países para la adaptación en el cambio climático”.
“Todavía no hemos tenido la reunión con la Oficina Española de Cambio Climático y no sabemos muy bien cuáles serán las prioridades de negociación del Gobierno, pero creemos que tenemos que impulsar más, ya que esos 1.350 millones probablemente sean insuficientes”, ha agregado Andaluz.
Respecto a la mitigación, “España se queda muy lejos” porque “tendría que estar reduciendo un 55 % de sus emisiones y lo que ha reducido es un 23 %, ha recalcado Andaluz.
Según Andaluz, en paralelo se está haciendo un proceso de revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y, en ese sentido, se reclama "la necesidad de hacer un debate público con todos los agentes interesados sobre cuál debe ser el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”.
Hay que ver "qué pasa con el cambio climático y con esta nueva situación geopolítica, pues Rusia es un país que tradicionalmente ha dependido mucho de los combustibles fósiles junto con algunos otros grandes como China o India y en numerosas ocasiones se han situado en el lado de los que bloquean las negociaciones climáticas”, ha asegurado.
En su opinión, la primera duda en relación a la guerra entre Rusia y Ucrania es cómo va a repercutir estos nuevos dos bloques, este resurgir de la Guerra Fría en las negociaciones: hasta qué punto Rusia puede o no bloquearlas.
Uno de los problemas, ha dicho, es que en las negociaciones de cambio climático, desde su origen y a diferencia de otros cuerpos de Naciones Unidas, se deben aprobar todos sus documentos finales con base en el consenso.
Además, “hay muchos países que están aprovechando la coyuntura bélica para hacer más negocios con los combustibles fósiles y ampliar las inversiones, pero creemos que lo que nos ha demostrado la crisis energética es que tenemos que ir al lado contrario”, ha añadido.
En relación al anuncio del Gobierno egipcio de que la multinacional Coca-Cola patrocine la cumbre del clima. considera que esto "no es decente y se trata de una acción continua”, es decir, “que los gobiernos que organizan las cumbres permitan el acceso a través de financiación a empresas con gran impacto climático no debería ser así”.
Se trata, ha insistido, de una “mala imagen” y de un “lavado verde” de grandes empresas que “no deberían estar”, pues “las negociaciones climáticas han de ser con base en la ciencia, y si tienen que tener espacios abiertos y de comunicación, deben ser reservados para la gente que ya está sufriendo esos efectos del cambio climático”, ha concluido. EFEverde
