El diplomático español Álvaro Albacete ha sido nombrado secretario general adjunto de la organización europea intergubernamental Unión por el Mediterráneo (UpM) en la reunión que los 42 estados miembros de la organización han celebrado esta mañana.
Albacete será responsable directo del área de agua, medioambiente y economía azul, lo que implica la promoción de iniciativas para proteger el mar Mediterráneo y los recursos naturales de los países que pertenecen a su área, y apoyar asociaciones inspiradas en los principios de la economía circular 'verde/azul', a la que acechan graves amenazas ambientales, incluida la escasez de agua.
El diplomático, nacido en Murcia, se hará cargo de cuestiones de enorme importancia para los 42 estados miembros, como son el acceso, el suministro y el uso sostenibles del agua.
En particular, de las áreas a lo largo de las costas sur y este de la región que figuran entre las que tienen más escasez de agua del mundo, con más de 150 millones de personas que enfrentan estrés hídrico y problemas de contaminación del agua.
Con anterioridad, Albacete fue director general del Centro Sefarad-Israel, embajador responsable de las relaciones de España con las comunidades judías, y más recientemente Secretario General Adjunto del Centro Internacional para el Diálogo Interreligioso e Intercultural (KAICIID), con sede en Viena.
Unión por el Mediterráneo
La Unión por el Mediterráneo engloba a los 27 estados miembros de la Unión Europea junto con los 15 estados de la ribera sur y oriental de este mar, en un foro de carácter político, económico y social que promueve la cooperación de sus miembros en aspectos como la energía, el medio ambiente, el agua, la educación superior o la investigación.
Es heredera del llamado "proceso euromediterráneo", una iniciativa lanzada por la diplomacia española en los años 80 para acercar políticamente ambas orillas del mediterráneo, que adoptó la forma de organización intergubernamental en 2008, estableciendo su secretaría general en Barcelona.
En la actualidad, la UpM representa un foro de enorme potencial político al acoger al mismo tiempo a Israel y a los países árabes, y a países árabes con intereses tan diversos como Marruecos y Argelia, y lograr su cooperación en áreas de desarrollo concretas que tienen impacto tangible en los ciudadanos, con el objetivo de lograr una mayor estabilidad y desarrollo en la región.
Con dicho fin, se dedica a identificar y a apoyar proyectos e iniciativas de carácter regional de diversa envergadura que se aprueban tras una decisión consensuada entre los 42 países miembros. EFEverde