Imagen de Madison McClintock, de National Geographic Pristine Seas, de uso editorial, cedida por NG Pristine Seas. En el centro, el biólogo catalán Enric Sala junto al equipo. EFE/NGPS

OCÉANO CONSERVACIÓN

Expedición Pristine Seas analizará la recuperación de atolón Bikini tras pruebas nucleares

Publicado por: mluquillas 30 de agosto, 2023 Redacción Medioambiente

Redacción Medioambiente (EFEverde).- Científicos de la expedición Pristine Seas de National Geographic que está recorriendo varias islas del Pacífico estudiarán cuatro atolones de coral de la República de las Islas Marshall, uno de los cuales fue utilizado por Estados Unidos para la detonación de 23 bombas nucleares entre 1946 y 1958.

La embarcación de la expedición llegó este martes a Majuro, uno de los atolones de la República de las Islas Marshall y también su capital, desde donde se desplazarán al atolón Bikini y al vecino Rongerik, así como a dos de las islas más remotas y septentrionales del país, Bikar y Bokak, según un comunicado de National Geographic.

Estudio de los atolones y de los arrecifes de coral

El explorador Residente de National Geographic y fundador de Pristine Seas, el español Enric Sala, explicó que "los remotos atolones de Bikar y Bokak pueden ser ejemplos de cómo eran los arrecifes de coral hace cientos de años, pero también un modelo para el futuro".

Según el biólogo catalán, el estudio durante más de un mes de estos atolones proporcionarán "una base de referencia para los esfuerzos de conservación de los arrecifes en otros lugares".

Sala expresó sentirse "muy contento de apoyar los esfuerzos de las Islas Marshall para proteger estas joyas mundiales".

El estudio de los atolones por parte de los científicos de Pristine Seas se produce gracias a que el país, conocido por sus esfuerzos comunitarios de conservación, pretende lograr la sostenibilidad de la pesca del atún.

El equipo internacional de investigadores evaluará la salud de los cuatro atolones, desde los menos profundos hasta los más profundos y desde la costa hasta alta mar, mediante estudios visuales con escafandra autónoma de los arrecifes de coral y los entornos bentónicos.

Viaje al fondo del mar

Para las investigaciones, Pristine Seas utilizará el sumergible DeepSee para bucear a 400 metros de profundidad alrededor de los atolones, y se desplegarán sistemas de vídeo submarino a distancia con cebo a 5-80 metros de profundidad y cámaras de inmersión a 6.000 metros de profundidad que viajan a bordo del barco Argo.

Imagne de Jesse Goldberg, de National Geographic Pristine Seas, de uso editorial. EFE/NGPS

Además se realizarán estudios de aves marinas, se recogerán muestreos de microplásticos y ADN electrónico.

El director del MIMRA, Glen Joseph, ha señalado que los marshaleses dependen "del océano para vivir, y de la pesca, los cocos y otras plantas para alimentarse y obtener ingresos", de ahí la importancia de vigilar de cerca y planificar el uso sostenible de las aguas marinas.

Los atolones Bikar y Bokak, situados dentro de las islas marshalesas de Ratak, están deshabitados y "potencialmente aún prístinos", según National Geographic.

Bikini y la capacidad de recuperación tras pruebas nucleares

Por el contrario, el estudio del atolón Bikini, dará a los investigadores los parámetros para examinar la capacidad de recuperación de los arrecifes de coral después del "impacto humano más extremo, solo superado por el calentamiento glogal: las pruebas nucleares".

La expedición además será la primera en estudiar "exhaustivamente el poco conocido mundo submarino del atolón de Rongerik, que servirá de referencia para compararlo con Bikini".

El científico jefe de Pristine Seas, Alan Friedlander, apuntó, por su parte, que el estudio del atolón Bikini "permitirá evaluar cómo se han recuperado los arrecifes de coral y toda la vida que hay en ellos tras la detonación de 23 bombas nucleares a mediados del siglo XX".

El análisis de Bikini "dará una medida de la resistencia a largo plazo de este importante ecosistema para los isleños del Pacífico", según Friedlander.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos detonó, durante un periodo de doce años, 23 bombas nucleares en Bikini, tras evacuar "por la fuerza" a los 167 residentes de entonces.

La detonación del armamento nuclear "vaporizó tres islas y dejó tras de sí niveles letales de contaminación radiactiva".

"A pesar de la promesa del gobierno estadounidense de devolver a los bikinienses a su tierra natal, el atolón de Bikini sigue siendo inhabitable a día de hoy", según Pristine Seas de National Geographic.

La expedición se realiza gracias a una colaboración entre Pristine Seas, The Nature Conservancy y la Autoridad de Recursos Marinos de las Islas Marshall (MIMRA) y está financiada por la Walmart Foundation, el Bezos Earth Fund y Bloomberg Philanthropies. EFEverde

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