El Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas) ha denunciado la existencia dentro del espacio protegido asturiano del Parque Natural de Las Ubiñas La Mesa de tres grandes focos de furtivismo, cada uno de ellos alojado en uno de los concejos que forman parte del territorio.
El furtivismo, según Fapas, se practica especialmente en Teverga, desde las carreteras, que los cazadores recorren durante la noche con potentes focos para localizar la fauna salvaje, que, deslumbrada, se convierte en un blanco fácil.
En busca del trofeo
En este caso, el objetivo de la actividad furtiva no es la carne, si no el trofeo, explica Fapas, ya que las grandes cornamentas de los ciervos machos alcanzan un alto valor en el mercado negro, mientras los despojos de los ciervos abatidos clandestinamente quedan abandonados al borde de caminos y carreteras.
El valle que une San Martín de Teverga con el Puerto de Ventana es uno de los preferidos por los furtivos, en este caso de noche, pues allí abundan los ciervos y las fincas cercanas a la carretera favorecen el hallazgo de las presas.
Por el contrario, el furtivismo localizado en torno a la localidad quirosana de Coañañana parece, añade Fapas, un furtivismo familiar, por la cantidad de gente que lo practica tanto de día como de noche, “como quién va a buscar setas”.
El último foco de furtivismo se ubica en el extremo oriental del Parque Natural y afecta tanto a su interior como a su entorno inmediato; se trata de una actividad que siempre ha existido en el concejo de Lena y que a nadie sorprende, pese a tratarse de un espacio protegido.
Efecto sobre la fauna
La fauna afectada por la caza furtiva es prácticamente toda: jabalís, ciervos, corzos, rebecos o lobos, y tampoco el oso pardo se escapa de esta acción ilegal; de hecho, en los últimos años se sospecha que la escasa capacidad de expansión del oso hacia los territorios más centro orientales de Asturias tiene mucho que ver con la intensa práctica del furtivismo en este espacio protegido que sirve de conexión entre la población osera occidental y oriental de la cordillera Cantábrica.
Para Fapas, “son los últimos territorios sin Ley de Asturias”, cuando antaño la fama la llevaban concejos como Cangas del Narcea.
Ahora el furtivismo “campea a sus anchas” por espacios naturales como el de las Ubiñas, a su vez también declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera y donde la Administración se ha esforzado durante los últimos años en llevar a cabo una excelente campaña de imagen, de trabajo conservacionista y de promoción de la naturaleza “cerrando los ojos a uno de los cánceres más sangrientos del patrimonio natural de Asturias, el furtivismo”.