El último informe del Programa Internacional del Estado de los Océanos (IPSO), con sede en el Reino Unido, propone la constitución de una agencia de las Naciones Unidas, que dependa directamente del secretario general y con capacidad jurídica para hacer cumplir los tratados vigentes para la protección del mar.
El panel de expertos agrupados en el “International Programme on the State of de Oceans” solicitan un nuevo compromiso para implementar la protección y sostenibilidad de la biodiversidad marina en aguas fuera de la jurisdicción nacional, bajo los auspicios de la convención de las leyes del mar de Naciones Unidas (UNCLOS).
La recomendación pretende atajar el deterioro creciente de las masas marinas, afectadas por la acidificación de las aguas, desoxigenación y calentamiento provocadas por actividades relacionadas con la industrialización.
El documento, al que tuvo acceso EFEverde, subraya que el ritmo con que las aguas del mar se deterioran es mucho mayor y mas rápido que lo que se creía, y coincide con las conclusiones del panel de experto sobre el cambio climático de Naciones Unidas (IPCC), dadas a conocer la pasada semana.
La tasa de desoxigenación del océano se estima entre el 1 y el 7 por ciento para 2100, según los datos del IPSO, que alerta además de una acidificación de las masas marinas por concentraciones de CO2 de hasta 450-500 ppm (partes por millón) entre 2030-2050 y un aumento de la temperatura que hará desaparecer el hielo ártico del verano en las décadas de 2050.
Este “trío mortal”, añade IPSO, tiene una repercusión directa en los ecosistemas marinos y amenaza la biodiversidad de las especies oceánicas y las principales pesquerías del planetas, por las alteraciones previstas en la cadena alimentaria.
Es impostergable la reducción de las emisiones de CO2, sostiene el informe, que ya identifica un deterioro de la capacidad de resistencia del mar, sumidero natural de esas emisiones, y donde se podrían desencadenar otros efectos del calentamiento global, como la liberación de metano por el deshielo de las placas polares. EFE