Cuando hablamos de alergia normalmente lo relacionamos con primavera, pero la polinosis también aparece en invierno. Finales de enero, febrero y principios de marzo son los meses en los que se producen más alergias provocadas por los pólenes de cupresáceas (especialmente arizónicas). Es importante no confundir sus síntomas con los del catarro típico invernal
¿Aparecen alergias en los meses de invierno? A pesar de que siempre se hable de “alergias en primavera”, porque es la época de mayor polinización de las plantas, sobre todo de gramineas y olivos en la zona de la península, “durante los últimos años ha aumentado la alergia a pólenes de cupresáceas y arizónicas en los meses de invierno”, asegura Francisco Feo Brito, coordinador del comité de aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Las cupresáceas incluyen plantas como el ciprés común (muy usado en jardinería y símbolo de los cementerios), y el ciprés de Arizona, que es el principal responsable del incremento de la polinosis de las cupresáceas en esta época invernal.
“Cuando hablamos de arizónicas nos referimos a los setos de los jardines que nos encontramos habitualmente en parques, colegios y en las nuevas urbanizaciones”, afirma Francisco Feo Brito.
Este incremento de la cantidad de polen a nivel atmosférico hace que las personas con predisposición a desarrollar este tipo de alergias, se hayan visto afectadas.
“En los dos últimos años el número de afectados por pólenes de cupresáceas igualó, incluso superó a los que tuvieron alergia por graminea en los meses de mayo y junio”
A CUÁNTA GENTE AFECTA → Lo que hace unos años era una alergia casi anecdótica que afectaba a un 5% de la población, “hoy en día afecta entre un 20 y un 40%, y en ciudades como Madrid y Barcelona, entre el 40 y el 50% de los alérgicos al polen”, subraya el también jefe de la sección de Alergología del Hospital Universitario de Ciudad Real.
Los jóvenes son las personas que suelen padecer esta alergia, más frecuente en niños de los seis a los siete años y hasta los treinta. “No obstante, estas alergias a las cupresáceas son más peculiares y a veces aparecen síntomas en personas con 40, 50 años”, afirma el doctor Feo Brito.
El aumento de la cantidad de estas plantas en urbanizaciones y jardines de casas hace que el número de afectados siga en aumento.
CUÁNDO APARECE ESTA ALERGIA → “Las máximas concentraciones de este polen se encuentran en los días de enero, febrero y principios de marzo, que es cuando finaliza la polinización”, resalta este alergólogo.
Aunque los días grises, lluviosos, húmedos y fríos puedan parecer más tristes son en los que el polen casi es inexistente. En cambio, los días secos y soleados son los que favorecen que se produzca un aumento en sus niveles. Por lo tanto, un día bonito, en este caso, puede ser sinónimo de riesgo para los alérgicos a las cupresáceas.
“En algunas zonas, las personas alérgicas a las arizónicas constituyen la mitad de alérgicos al polen”.
LOS SÍNTOMAS → Lo más importante es no confundir esta alergia de los meses fríos con el catarro típico invernal, por ello el alergólogo Feo Brito nos acerca las principales diferencias para poder distinguirlos:
La alergia al polen en invierno:
- Evolución: puede durar de cuatro a seis semanas, por lo que es más prolongada y su intensidad es variable (depende de si hay días secos y soleados donde el paciente empeora o días húmedos y de lluvia en los que la polinización se corta y hay una mejoría).
- Síntomas: Picor de ojos (se suelen poner rojos) y nariz, lagrimeo, secreción líquida y clara, estornudos, y si se tiene asma puede aparecer entonces una tos seca, pitidos y dolores en el pecho al respirar.
Catarro invernal:
- Evolución: La duración es más corta, entre cinco y siete días.
- Síntomas: Se asocia a una congestión, un bloqueo nasal que suele ir acompañado de fiebre, malestar general y dolor de garganta.
“Es importante diferenciar los síntomas y la evolución en el tiempo para no confundir un catarro con una alergia de invierno, ya que el tratamiento es diferente: en el catarro es sintomático y si es un caso de alergia entonces se administran antihistamínicos, tratamientos tópicos nasales o inhaladores”, aconseja Feo Brito.
Tienda especializada en productos para la alergia y el asma. EFE/ Juan Ferreras
PREVENCIÓN → Estamos hablando de un polen que está en el ambiente, por lo que, tal y como recomienda el especialista, habría que evitar las estancias al aire libre, los paseos por parques, jardines y zonas de urbanizaciones con alta densidad en arizónicas.
¿ALÉRGICO PARA SIEMPRE? → La alergia que una persona desarrolla depende de su exposición; “la alergia es una predisposición genética a desarrollar una sensibilidad a algo que se expone en grandes cantidades, por ejemplo, en el centro de la península hay mucho nivel de polen, en cambio en las zonas costeras el 70-80% de las personas alérgicas, lo son a los ácaros”, ratifica el especialista en alergología.
Existe una vacunación antialérgica frente a los pólenes de cupresáceas, “es lo que permite que el organismo tolere este polen, la sintomatología es menor y el asma no evoluciona”
OTROS FACTORES QUE INFLUYEN → Los cambios de temperatura a los que estamos expuestos en invierno (entrar en el metro, salir a la calle, llegar a casa…) afectan también a las personas alérgicas. “Provoca una reacción inflamatoria a nivel nasal, la rinitis o la inflamación de los bronquios, que es el asma”.
Otro factor que puede empeorar esta alergia de invierno es la contaminación ambiental, que en el caso de las personas alérgicas tienen un efecto mayor: los contaminantes de la atmósfera se depositan en el suelo y afectan al desarrollo de la planta. Esto genera que los pólenes de estas plantas expuestas a contaminantes sean mucho más potentes, agresivos y con mayor capacidad alergénica que los pólenes de un medio rural.
“En invierno, los contaminantes (en los días que no llueve) se quedan atrapados en las ciudades, lo que unido a la polinización de las plantas cupresáceas y arizónicas, sobre todo en el mes de febrero, puede incrementar el riesgo en las personas alérgicas”
CONSEJOS DEL ESPECIALISTA →
- Si comienzan con síntomas nasales o molestias de asma y se hacen continuados en esta época de finales de enero, febrero y principios de marzo, entonces se puede tratar de una alergia a polen de arizónicas, lo que comúnmente referimos a setos de jardín.
- También es importante resaltar la diferencia de síntomas con el catarro.
- Atención principalmente en los jóvenes y sobre todo si se trata de una persona alérgica a otro tipo de pólenes o con antecedentes en su familia.