El edificio más emblemático de la nueva sede que el BBVA, un edificio sostenible que se está construyendo en Las Tablas (Madrid) se llamará La Vela, por decisión de los empleados del banco, ha informado la entidad.
La nueva sede del BBVA se está construyendo siguiendo los criterios de sostenibilidad necesarios para conseguir el certificado LEED Oro, estándar de construcción sostenible más exigente. Los materiales utilizados tienen bajo impacto ambiental, y los edificios están diseñados para que se pueda llevar a cabo una monitorización remota del consumo energético.
Se trata de una torre con forma elíptica, de 93 metros de altura y 19 plantas, proyectada por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron y es el edificio principal de un complejo que incluye otras siete edificaciones de tres alturas que llevarán el nombre de los continentes.
Según explica la entidad, el nuevo complejo, al que está previsto que se trasladen 6.000 empleados entre junio de 2013 y el primer trimestre de 2015, tiene un total de 114.000 metros cuadrados de oficinas y servicios.
El edificio principal está en fase de construcción y está previsto que esté terminado hacia finales de 2014, según ha podido saber EFE de fuentes cercanas a la entidad.
La inversión prevista que requerirá el nuevo complejo estará en torno a los 620 millones de euros, han informado estas mismas fuentes.
La entidad anunció este proyecto en 2007 y lo presentó de forma oficial en 2008, momento en que anunció que estaría terminado en torno a 2013, un retraso de dos años respecto a la fecha prevista ahora, lo que las fuentes cercanas al banco consideran “normal” en una obra de esta envergadura.
Tanto las calles que separan los distintos edificios del complejo, que llevan el nombre de distintos mares y océanos, como las edificaciones han sido bautizadas “por su asociación con los elementos de identidad más importantes de BBVA”, excepto La Vela, cuyo nombre han elegido los empleados mediante un concurso de ideas.
Máximos criterios de sosteniblidad
La nueva sede se está construyendo siguiendo los criterios de sostenibilidad necesarios para conseguir el certificado LEED Oro, estándar de construcción sostenible más exigente, dice la nota remitida por el banco.
Los materiales utilizados tienen bajo impacto ambiental, y los edificios están diseñados para que se pueda llevar a cabo una monitorización remota del consumo energético, explica la nota.
Además, parte de las necesidades energéticas del complejo se abastecerán gracias a energías renovables propias, como paneles solares térmicos o fotovoltaicos y energía geotérmica de bucle cerrado, que aprovecha la temperatura estable del subsuelo. Todo ello permitirá un ahorro de un 7,6% en las emisiones de CO2 y de un 8,3% en el consumo de energía.
Por otro lado, se están instalando sistemas de la reutilización de aguas grises y de recogida del agua de lluvia en las cubiertas de los edificios para su uso en el riego. Se instalarán también puntos para el reciclaje del 100% de los residuos generados.
La envolvente de los edificios es uno de los aspectos más singulares del proyecto, ya que las fachadas se han diseñado para minimizar el consumo energético. El complejo contará con más de 49.000 m2 de fachada acristalada, que estará protegida por más de 2.800 lamas prefabricadas cuya orientación responde a criterios de insolación y eficiencia térmica. Prácticamente todas las zonas de oficina tendrán vistas al exterior o a los patios interiores.
