Quercus, la revista decana de la prensa medioambiental española, ha pasado a manos de sus periodistas para salvarla del cierre, una nueva fase que apostará por las redes sociales y plataformas digitales, manteniendo su línea editorial.
Su anterior propietaria, la Editorial América Ibérica, tenía intención de clausurar la revista, por lo que sus dos periodistas (Rafael Serra y José Antonio Montero) y su diseñador gráfico (Miguel Miralles) decidieron embarcarse en esta aventura, ha explicado a Efe Montero.
Previa a la etapa de América Ibérica, la revista estuvo en manos de sus fundadores, el periodista y naturalista Benigno Varillas y la periodista Teresa Vicetto.
"Hemos tirado para adelante porque veíamos que el proyecto peligraba, también nuestros puestos de trabajo y la labor de una revista de más de treinta años. Estábamos obligados", afirma Montero.
Para dotarla de un soporte adecuado, los nuevos propietarios han constituido una sociedad denominada Drosophila Ediciones, que será quien publique Quercus a partir de ahora, de forma independiente de cualquier grupo empresarial.
Igual que Quercus, que en latín significa encina, el nombre de la nueva editorial procede del latín y se traduce como "amante del rocío", además de designar a un género de insectos, las moscas de la fruta, las más utilizadas en investigación.
El equipo de Quercus seguirá una "línea continuista cien por cien. Aunque quizá reforzaremos la función de ser portavoces de los que estudian, de las ONG y de los naturalistas de campo".
El "leit motiv" de Quercus se basa en la observación, el estudio y la defensa y conservación de la naturaleza.
Según Montero, redactor jefe de la publicación, no habrá alteraciones más que para introducir mejoras y adaptarse "a la desafiante época que nos ha tocado vivir", por lo que se apostará fuerte por lo digital y las redes sociales.
La tirada de Quercus supera los diez mil ejemplares y más del 50 % de los lectores son suscriptores, el principal apoyo de la revista y su principal fuente de financiación.
Se nutre también de publicidad y patrocinios, pero en un porcentaje muy pequeño. EFEverde