La ladera del embalse de Yesa permanece en condiciones de normalidad sin circunstancias que hayan cambiado las condiciones de estabilidad, lo que no impide que puedan existir en un futuro movimientos locales puntuales, relacionados con el proceso de vaciado, lluvias o por movimiento de tierras para construir la nueva presa.
Así se refleja en último informe del comportamiento de la ladera derecha de la presa de Yesca, entre Navarra y Zaragoza, entre el pasado mes de octubre y enero de 2020, facilitado este martes por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). El informe recoge los datos de auscultación suministrados por los puntos de control topográfico y los tubos inclinométricos instalados en la ladera.
El organismo de cuenca recuerda que todas las laderas registran cierto movimiento, aunque sea imperceptible y que nunca se puede registrar un movimiento “0”. En este sentido, de acuerdo con la clasificación internacional de movimiento de laderas de Cruden y Varnes (1996), el movimiento que se recoge se corresponde a su umbral más bajo, denominado como “movimiento extremadamente lento”.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]Los datos constatan que no se ha registrado ninguna variación en las conclusiones desde que en 2013 se realizaron las actuaciones de estabilización de la ladera donde se asienta la presa actual y la presa recrecida (en ejecución y con el cuerpo de presa a un 97 %).[/box]No obstante, se advierte de que la situación actual de paralización del movimiento global de la ladera no impide que puedan existir en un futuro movimientos locales puntuales que “no afectarían previsiblemente a las condiciones de seguridad de la globalidad de la ladera, tal y como ha sucedido en los casos presentados”.
El informe introduce una explicación a las grietas situadas en la denominada berma número 5, en el límite este del deslizamiento, que “no son nuevas” y “no tienen efecto, ni influencia ninguna en la estabilidad, ni la seguridad de la presa y el embalse”, señala la CHE en su nota de prensa.
Todos los informes de seguimiento previo han recogido estas grietas y deformaciones locales que, según la CHE, se trata del efecto de un deslizamiento superficial y local que se detectó en marzo de 2014, sin relación y sin efecto con la estabilidad global de la ladera y donde se ha actuado desde su aparición.
Como última fase para reforzar la estabilidad de la ladera, el informe señala que se deberán ejecutar las medidas de sostenimiento previstas, y que consisten en muros y anclajes de cables, galerías de drenaje y una pantalla continua de impermeabilización.
Acciones de la CHE
La CHE está ejecutando, además, las actuaciones que complementan las obras de estabilización de 2013 (que permitieron normalizar la situación de la ladera), que se centran en la excavación de la zona donde se ubicaban las urbanizaciones de Lasaitasuna y Mirador de Yesa, a las que se sumarán las actuaciones previstas de impermeabilización y drenaje de la ladera.
El organismo de Cuenca insiste en que la presa actual y la presa recrecida, actualmente en obras, “cumplen con la normativa de seguridad, la normativa sismorresistente, y con todas las garantías técnicas”.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]La CHE realiza informes periódicos sobre la estabilidad de la ladera de Yesa a raíz de una serie de deslizamientos detectados en 2013 que organizaciones ecologistas y vecinos relacionaban con las obras de recrecimiento del pantano y que obligaron a un modificado del proyecto.[/box]El propio Gobierno de Navarra ha solicitado en varias ocasiones la paralización de las obras hasta que esté garantizada su seguridad y a principios del este mes distintos colectivos contrarios al recrecimiento, tanto de Aragón como de la comunidad vecina han vuelto a denunciar la aparición de grietas “de varios metros” en dicha ladera. EFEverde
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