El Papamoscas Cerrojillo, protagonista de la nueva entrega de los microdocumentales ambientales de Mónica Fernández-Aceytuno y @faquae en @efeverde
En robledales donde la madera abre
huecos para anidar,
podemos ver a un pájaro
pequeñísimo que por su plumaje pío,
resulta inconfundible.
El papamoscas cerrojillo.
La hembra, con menos negro
y menos blanco.
Los pájaros no tienen medio
de transporte más que ellos mismos,
por lo que deben volar a
la luz si quieren insectos todo el año.
Estos papamoscas cerrojillo sobrevuelan
de noche el desierto del Sáhara,
donde Valverde les vió de día
en los oasis.
También vuelan a oscuras
sobre el océano,
por lo que se diría que para ver
con linterna de minero,
tiene esa mancha blanca
el macho en la cabeza,
con ella, atrae las hembras.
Para la reproducción también
en las cajas nido,
porque todo lo que quieren
de la madera,
es una rama para cantar,
y un hueco para traer a sus pollos
y que marchen con ellos,
buscando esa luz,
donde vuelan los insectos.
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Microespacio: Papamoscas Cerrojillo
