Cuando parece que, por fin, se asientan las temperaturas veraniegas, se puede aprovechar para realizar una excursión de interés diverso por uno de los ramales del Canal de Castilla, obra de ingeniería muy significativa que se llevó a cabo, aunque no de forma completa, en la España del siglo XIX.
Así que les propongo un recorrido que interesará tanto por su originalidad, como por su aspecto histórico; no en vano es, desde junio de 1991, Bien de Interés Cultural. Y añadamos a estos factores su valor ecológico, sin olvidarnos de la posibilidad de capturar buenas imágenes con nuestra compañera la cámara. Una excursión apta además para todos los públicos.
Se trata del un recorrido fluvial por un tramo del Canal, desde la dársena de Medina de Rioseco, en la provincia de Valladolid, hasta la séptima esclusa, de una duración de unas dos horas y media o, si se prefiere, una más corta, de aproximadamente una hora, entre ida y vuelta en ambos casos.
Esta parte del canal es la que pertenece al ramal de Campos que discurre entre Ribas de Campos (Palencia) y Medina de Rioseco, villa donde, por añadidura hay mucho que ver.
Solo indicar que, desde final de noviembre hasta marzo, no se realizan estos viajes y que es conveniente reservar con antelación porque suele estar bastante solicitado, algo que se puede hacer consultando este enlace que facilita toda la información necesaria:
http: //www.provinciadevalladolid.com/es/club-amigos-provincia/actividades -club-amigos-provincia/embarcacion-turistica-antonio-ulloa

Algo de historia
La idea de facilitar el acceso de los productos de Castilla a los puertos del norte, especialmente Santander y Bilbao, no era nueva en tiempos del reinado de Fernando VI, pero fue en esa época cuando el conocido ministro Marques de la Ensenada se tomó en serio el asunto y encargó una comisión de estudio (ya vemos que también estas son ideas añejas), que estudiara la “viabilidad de desarrollar un proyecto de navegación interior”, explica la página de Turismo de la Diputación de Palencia.
Así que solo dos años más tarde, Antonio de Ulloa y de la Torre-Giralt, quien curiosamente no fue ingeniero, sino científico, militar y escritor, presentó un proyecto para la navegación y riego de los reinos de Castilla y León.
Las obras empezaron en 1753 y acabaron casi un siglo después en 1849, sin que se llegara a comunicar la meseta con los puertos cantábricos. Además de las dificultades técnicas y económicas, hay que sumar la invasión napoleónica y dos guerras carlistas, aunque la puntilla fue la llegada del ferrocarril.
El recorrido total es de 207 kilómetros, dividido en tres tramos: el ramal norte ue empieza en Alar del Rey y que se considera el kilómetro cero del canal y finaliza en Ribas de Campos, donde conecta con el Ramal de Campos ya citado. Su longitud es de 75 kilómetros, con 24 esclusas y es el que tiene más desnivel.
El Ramal de Campos recorre 78 kilómetros, es el más largo y cuenta con siete esclusas. Es el más llano.
Finalmente el ramal Sur, de 54 kilómetros que pasa por Valladolid y Palencia, tiene 18 esclusas. En total el canal tiene 49 esclusas, algunas de las cuales tienen la curiosidad de que son ovala, lo que en su momento permitía el paso de dos barcazas simultáneamente.

3.- Medina de Riosco tiene muchos interés desde el punto de vista cultural; pueblo con importantes monumentos religiosos y con típicas calles castellanas..EFE/Txema Ruíz
Gentes en tres provincias
Pese a que no logró su objetivo inicial, el Canal de Castilla abastece a día de hoy de agua a unas 200.000 personas y es usado para regadío en muchas de las zonas que atraviesa de Burgos, Valladolid y Palencia y gracias al Pisuerga que es su principal abastecedor.
El total de la ruta se puede hacer, por supuesto, en bicicleta y, si alguien se anima, andando, porque está bastante bien señalizada y el esfuerzo técnico no es complicado.
Nos limitaremos por ahora, a disfrutar del recorrido con el barco eléctrico Antonio de Ulloa, que nos permite disfrutar a fondo del paisaje que rodea este tramo del canal.
Cuenta el buque con personal que va explicando a lo largo del recorrido la historia del Canal, su utilidad y bastante cosas curiosas que, generalmente, no se citan en los libros de Historia, ni en las páginas de Turismo.
Por ejemplo, pese a que parece lo contrario, las aguas del canal están absolutamente limpias de cualquier tipo de residuo y es posible beber sin riesgo directamente de ellas tal y como demuestra el piloto del barco, personaje muy curioso.
Las orillas ofrecen un espectáculo de frondosidad muy atractivo, con variedad de árboles que ayudan a los caminantes que, efectivamente, los hay, a soportar en verano los rigores del calor, del que ya se quejaba Unamuno (nueve meses de invierno y tres de infierno), decía el pensador bilbaíno.
Ramal del Camino de Santiago
No olvidemos que, por añadidura, nos encontramos en uno de los ramales del Camino de Santiago, lo que contribuye aún más si cabe a la peregrinación y el senderismo.
No faltan, en Medina, buenos lugares para reponer fuerzas, excelentes monumentos de visita conveniente, sobre todo iglesias de mérito notable, así como en Museo de la Semana Santa que es en esta ciudad otro acontecimiento muy importante.
En resumen, merece la pena detenerse en Medina de Rioseco o ir expresamente, darse un paseo relajante en barco o por tierra porque nadie quedará decepcionado.EFEverde
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