La cultura medioambiental ha arraigado en la sociedad española, fijando así una conciencia “más global” y ganando interés y preocupación entre los ciudadanos, según un estudio de la Fundación BBVA presentado este domingo a propósito del Día Mundial del Medioambiente.
Titulado “Valores, actitudes y conducta medioambiental de los españoles”, el informe de Fundación BBVA se basa en una encuesta realizada entre julio y diciembre de 2021, en la que participaron 4.500 personas residentes en este país, mayores de 15 años.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]Los resultados revelan que la ciudadanía de este país manifiesta una “profunda preocupación” (8’9/10) por la degradación del medioambiente, considerando que la situación es de “gravedad extrema” (80 %) y que se debería actuar “con la misma rapidez” con la que se ha afrontado la pandemia.[/box]
Interés e importancia
Por este respecto, existe un “amplio consenso” sobre que los seres humanos deberían preservar la diversidad (9’2/10), considerada por la mayoría “fundamental” para la riqueza del país y el bienestar de los humanos (9/10).
La contaminación del mar y de los ríos, la del aire, los incendios forestales, el agotamiento de recursos naturales, las sequías, y la extinción de especies y plantas, son algunos de los problemas que perciben los ciudadanos.
El estudio presta especial atención al cambio climático, sus causas y la gravedad de sus impactos, aceptados por una amplia mayoría, que lo considera un hecho “científicamente probado” (84 %), provocado por el ser humano (80 %), y que ya está teniendo consecuencias en España (78 %).
No obstante, la ciudadanía se muestra optimista, con una mayoría que defiende que, aunque el fenómeno es irreversible, se puede paliar aún alguno de sus efectos (55 %); y una proporción menor que cree estar a tiempo de evitarlo (39 %).
Conocimiento
Pese a que aún hay algunos conceptos sobre los que existe cierta confusión, según el documento, la mayoría de la población muestra un “alto” conocimiento sobre las cuestiones medioambientales (59 %), y es plenamente consciente del impacto del estilo de vida actual, el elevado nivel de consumo o el uso de medios de transporte más o menos contaminantes.
Los ciudadanos encuestados también conocen el efecto medioambiental de las diferentes fuentes de energía, y se posicionan mayoritariamente en contra de las no renovables -como el petróleo, el gas y el carbón- y más a favor de las renovables como, sobre todo, la solar y la eólica.
Actitudes de la sociedad
Asimismo, la mayoría de participantes asegura “siempre o frecuentemente” reciclar -separar la basura en casa-, evitar el uso de plásticos, limitar su consumo de agua y electricidad y reducir el uso de la calefacción y del aire acondicionado, prueba de que “los valores medioambientales se han trasladado parcialmente a algunas facetas de la conducta individual”.
Por el contrario, “aún existen resistencias” a modificar pautas de comportamiento “muy arraigadas” respecto al uso del vehículo privado, sobre todo por motivos de ocio o turismo, y la apuesta por medios de transporte no contaminantes -utilizados por un 12 %- está aún en estado “muy incipiente”.
Mecanismos fiscales y políticas
Por otro lado, el estudio señala que las medidas medioambientales basadas en mecanismos fiscales y de precios tienden a ser aceptadas, ya que la mitad o más ha afirmado estar dispuesto a pagar más por el agua, el gas, la gasolina o la electricidad para hacer frente a la crisis ecológica.
[box type=”shadow” ]Los ciudadanos, según el estudio, demandan al Gobierno central y a la Unión Europea un incremento del gasto público en medio ambiente, así como un acuerdo internacional y la imposición de medidas “obligatorias” para los individuos y las empresas, aunque ello merme el crecimiento económico.[/box]
También se muestran a favor de la instalación de energías renovables, planes de transporte urbano y el cobro de un impuesto en función de las emisiones de gases invernadero. EFEverde