Burros en los Alpes Suizos. Asociación Burrito Feliz/EFE

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BIODIVERSIDAD BURROS

¡Que nos vendan la burra!

Publicado por: Redacción EFEverde 29 de junio, 2014 MADRID

El burro ha pasado de ser una especie al borde de la extinción a ser valorado en distintos ámbitos por su utilidad en la prevención de incendios como “máquina desbrozadora”, “vigilante” del ganado para dar la voz de alarma ante la presencia de depredadores, protagonistas de asinoterapia o elemento complementario en clases de yoga.

Nuevos trabajos que van más allá de etiquetarlo como el simple animal de carga que fue en el pasado y que dotan de mayor visibilidad al Equus asinus, con presencia en prácticamente todas las autonomías, en mayor o en menor medida, según constatan varias asociaciones ligadas a esta especie consultadas por EFEverde.

Hasta la fecha se contabilizan, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, seis razas autóctonas: Andaluza, Asno de las Encartaciones, Balear, Catalana, Majorera y Zamorano-Leonés.

A pesar de que su cabaña sufrió un drástico recorte tras la guerra civil española, hoy en día goza de salud y protagonismo, ya que, además de las seis anteriores, en Galicia se trabaja por la recuperación y clasificación de una séptima: la raza Fariñeira.

El burro, también llamado asno, lleva unos 5.000 mil años compartiendo el camino con el hombre.

“Nos han servido de alimento, han acompañado a los ejércitos a la batalla llevando sus bagajes, su leche ha potenciado la belleza de cutis de las damas egipcias y romanas y han trabajado, día a día, con los campesinos en el campo”, señala a EFEverde el presidente de la asociación Burrito Feliz, Luis Manuel Bejarano.

Bejarano señala que su asociación, con sede en Hinojos (Huelva), en el parque de Doñana, realiza actividades que promocionan la imagen del burro, pero también intenta dinamizar el conocimiento global de las zonas y poblaciones donde llevan a cabo sus proyectos.

Cuadrilla antiincendios

Menciona su experiencia en las inmediaciones del Parque Nacional de Doñana donde los burros trabajan como “desbrozadoras naturales” que sustituyen a las mecánicas o incluso a los herbicidas químicos que se suelen utilizar para “devorar” los pastos secos que pueden constituir peligro de incendio.

La importancia de esta cuadrilla antiincendios también radica en que, dada su actividad silenciosa, no molestan a otros de los habitantes de Doñana, los linces ibéricos, pues “hay parejas reproductoras del felino en algunas de las zonas del preparque”.

Pero al asno le han buscado otra actividad: la de acompañar al ganado por ser un estupendo vigilante que se percata, antes que ningún otro animal, de la presencia de depredadores que pueden poner en peligro a las reses, como el lobo.

Lo mejor es introducirlos con el ganado cuando son jóvenes, para que sientan a las reses como su propio rebaño, señala a EFEverde Cristina Fernández-Armestos, socia de la ganadería ecológica gallega Casa Grande de Xanceda, que fue pionera en poner en práctica esta combinación en 2009 y que hoy en día sigue dando buenos resultados.

Esta ganadería gallega ha comprobado su efectividad, “no hemos vuelto a tener ningún ataque” desde 2008, año en el que el lobo matara a 14 vacas adultas y produjera heridas y estrés en el resto del ganado.

Burros y vacas pastando juntos. Casa Grande de Xanceda/EFE
Burros y vacas pastando juntos. Casa Grande de Xanceda/EFE

En Castilla y León, en el marco del proyecto europeo WOLF (Wild Life and Farmers), también están probando esta ingeniosa iniciativa, entre otras, que trata de prevenir los ataques de los lobos al ganado para conseguir un equilibrio entre la vida salvaje y la agroganadería.

No obstante, el secretario de la Asociación Nacional de Criadores de la Raza Asnal Zamorana-Leonesa, Jesús de Gabriel Pérez, se muestra más cauto al respecto y explica a EFEverde que aún no se puede decir con total certeza que si un ganadero cuenta con una burra “infiltrada” los ataques vayan a cesar o se reduzcan.

Precisamente para conseguir establecer una pautas de manejo adecuadas para cada tipo de ganadería (ovino, caprino o bovino), esta asociación ha emprendido un proyecto piloto en una docena de explotaciones para hacer un seguimiento del comportamiento y después aconsejar una guía metodológica de manejo.

Experiencia importada

Esta experiencia de la convivencia de burras con otros animales viene importada de Namibia, donde los asnos o burros jóvenes son las encargadas de proteger el ganado del ataque de leopardos y guepardos.

Un método también utilizado en la defensa contra el lobo en Suiza, donde llevan más años con esta experiencia, según relata Bejarano.

“Me contaban que las burras hembras son terriblemente protectoras con las vacas, a las que toman como parte de su familia. Eso les lleva a ser muy agresivas con los lobos merodeadores que se acercan a las explotaciones y los reciben con rebuznos, golpes y patadas”, recuerda.

La asinoterapia se encuentra últimamente también entre sus nuevos trabajos ya que los médicos consideran que estos animales son ejemplares sociables, tranquilos, con los que se pueden llevar a cabo terapias con personas discapacitadas.

Esta aptitud del burro ha llevado también a que una profesora de yoga Olga Moon inicie en agosto un proyecto en el que colaborará la Asociación Burrito Feliz, según Bejarano.

“He comprobado que solamente tocando y abrazando a estos animales nos sentimos mucho mejor y obtenemos sensaciones muy relajantes”, señala Moon, quien asegura que “hay mucha gente interesada en apuntarse”, incluso está previsto que un monje budista de Sri-Lanka participará de este curso.

La Asociación Amigos del Burro también constata que éstas son algunas de las nuevas funciones de los burros, que, a su juicio, están contribuyendo a que su “disminución se produzca a un ritmo más lento” y, sobre todo, porque ayuda a que prevalezca la conciencia de protección animal sobre esta especie.

Bejarano, por su parte, se muestra muy tajante y asegura que, además de estas nuevas facetas, el burro “debe volver a la agricultura, al trabajo comedido dentro de la lógica de su capacidad de esfuerzo” y concluye que “hay que normalizar su presencia entre nosotros como hace miles de años”.

La yoga-terapeuta Olga Moon realiza actividades de relajación con burros. Asociación Burrito Feliz/EFE
La yoga-terapeuta Olga Moon realiza actividades de relajación con burros. Asociación Burrito Feliz/EFE
Secciones : Biodiversidad
Redacción EFEverde

Un equipo de periodistas especializados en periodismo e información ambiental de la Agencia EFE.