ESTUDIO TOPILLO

Repunte de topillos, sin que sea previsible nueva plaga

Publicado por: Redacción EFEverde 28 de agosto, 2013

– El repunte de la población de topillos se produce cada cinco años en Castilla y León, por lo que de aquí al próximo otoño no será extraño ver más de estos roedores por el campo, aunque probablemente sin la dimensión de la plaga que se produjo entre 2007 y 2008.

El profesor de Zoología Juan José Luque-Larena es uno de los autores de un reciente estudio sobre esta especie, de la que esta misma semana la Junta de Castilla y León ha confirmado un repunte de su población en una zona agrícola entre Ávila y Salamanca.

 

El estudio trata, entre otras cuestiones, sobre la regularidad de estas puntas de población, cada cinco años en áreas como Castilla y León, por lo que según este ciclo “ahora toca”, ha comentado a EFE este investigador del Departamento de Ciencias Agroforestales de la Universidad de Valladolid.

 No es previsible una plaga

Sin embargo, no es previsible que se produzca “en las dimensiones de plaga” que adquirió hace cinco años, ha precisado el profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias.

 

Estos repuntes poblacionales coinciden con determinados factores ambientales, en función por ejemplo de “cuánto llueve y durante cuánto tiempo”, ha comentado al respecto.

 

Este año la primavera tuvo lluvias abundantes durante bastantes días en Castilla y León.

Habrá más topillos que en años anteriores

 

Juan José Luque-Larena ha asegurado que es de esperar que el próximo otoño se vean más topillos que en estos años precedentes, pero “probablemente no miles” como hace cinco años.

 

No obstante, se trata de un fenómeno complejo, que necesita seguir siendo estudiado y que no se produce solo en Castilla y León, ya que en Asia los roedores causan pérdidas millonarias en el arroz y en Australia también se convierten en plaga.

 ¿Soluciones mágicas?

Luque-Larena ha señalado que “no hay soluciones mágicas”, por lo que es necesario proseguir las investigaciones científicas.

 

El uso del veneno para evitar la plaga de topillos puede tener “un impacto local”, pero el colapso de su población, a partir del cual comienza a reducirse, se produce se use o no este tipo de productos, ha indicado.

 

Como en otras especies, cuando se alcanza una densidad alta, son más propicias las epidemias, en este caso producidas por ejemplo por parásitos.

 

Por ahora, no está suficientemente medido el efecto del veneno, e incluso a las crías puede que ya no las afecte, aunque pueda perjudicar a otras especies, como los depedradores que se alimentan del topillo.

 

De hecho, el estudio, en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cita como la última plaga de topillo en Castilla y León fue paralela a un aumento de la enfermedad de la tularemia en personas y el uso de rodenticidas ocasionó daños colaterales en otras especies.

 

Además del CSIC y de la Universidad de Valladolid, en la investigación ha colaborado la Universidad de Aberdeen, del Reino Unido.

 Otoño y verano, las estaciones “clave”

La investigación señala que la máxima abundancia de topillos se produce en verano y en otoño, mientras que en invierno del año siguiente comienza su declive.

 

Asimismo, recomienda que a la hora de adoptar medidas para minimizar los daños en cultivos, se tengan en cuenta todas las vertientes, tanto la medioambiental como la economía agrícola.

 

El mayor impacto de estas puntas de población se localiza en las grandes llanuras cerealistas que ocupan buena parte del paisaje de Castilla y León, donde desde la década de 1980 el estudio ha constatado que cada cinco años aumenta el número de topillos.

 

Otros de los autores de la investigación, sobre la expansión a gran escala y los brotes de topillo en el noroeste de España, son Francois Mougeot, Javier Viñuela, Daniel Jareño, Leticia Arroyo, Xavier Lambin y Beatriz Arroyo. EFE

 

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Secciones : Biodiversidad
Redacción EFEverde

Un equipo de periodistas especializados en periodismo e información ambiental de la Agencia EFE.