Caty Arévalo
El Delta del Llobregat es la localización ideal para contemplar casi todas las amenazas que el ser humano puede infligir a un espacio natural, pero también supone un reto para probar que la restauración ambiental funciona hasta en los ecosistemas más fragmentados y degradados.
La apuesta por ubicar en el entorno de este espacio natural un gran centro logístico junto a Barcelona se consolidó a comienzos de este siglo con la ampliación del aeropuerto del Prat, para la que se expropiaron y talaron buena parte de sus 30 hectáreas de pinar litoral.
El resultado es un paisaje diverso en el que ecosistemas muy variados de bosque de ribera, humedales y arenales costeros se esfuerzan para que este pulmón verde siga respirando a pesar de la cantidad de infraestructuras que lo fragmentan: carreteras, pistas del aeropuerto o depuradoras.
Para entender mejor las amenazan que afectan a este espacio y poner en marcha soluciones para hacerles frente, el Consorcio para la Protección y Gestión de los Espacios Naturales del Delta del Llobregat trabaja con científicos y proyectos como Life Terra.
Esta iniciativa, centrada en restaurar bosques de toda Europa mediante la implicación ciudadana y el seguimiento científico para crear conocimiento que ayude a la recuperación de ecosistemas dañados, ha centrado sus trabajos en el bosque de El Remolar, explica Santiago Sabaté, profesor de Ecología de la Universidad de Barcelona (UB), centro asociado al proyecto, e investigador de CREAF.
Un bosque débil por al acción humana
El pinar se sitúa en una finca expropiada por AENA en 2003, y gestionada hoy por el Ayuntamiento de Viladecans tras una gran tala para la ampliación del aeródromo, que no sólo redujo la extensión de bosque sino que facilitó la entrada de la plaga del barrenillo del pino, añade Sabaté.
Su colega, la profesora de biología evolutiva de la UB Emilia Gutiérrez, estudia desde 2015 el impacto en este pinar de esa plaga, causada por un escarabajo de 3 milímetros que sólo en el Maresme ha arrasado alrededor de 5.000 hectáreas de bosques de pino piñonero.
Sus hallazgos apuntan a que los árboles más atacados se localizan en los bordes de zonas taladas y en los claros de bosque que ha ido dejando la fragmentación del ecosistema.
“Hemos centrado nuestros trabajos de restauración ambiental precisamente en esas zonas más deterioradas, en las que hemos observando que la regeneración natural es complicada y el bosque se estaba debilitando“”, explica Sven Kallen, fundador de Life Terra.
Implicación ciudadana
Este proyecto europeo implica en las plantaciones a centros educativos, familias o colectivos, como es el caso de la Asociación de Empresarios Holandeses en Barcelona, Kring, cuyos miembros acuden los fines de semana a plantar con sus familias.
“Hoy día los niños pasan mucho tiempo en casa, enganchados a todo tipo de aparatos electrónicos, y es imprescindible aprovechar momentos como este para que tengan contacto con la naturaleza y aprendan lo que pueden hacer por ella. Miro a mi hija pequeña mientras planta y me digo qué bien lo está pasando”, apunta Jan Van Schaik, miembro de la citada asociación.
“Estamos encantados con que los voluntarios de Life Terra nos ayuden a reforzar la biodiversidad en este espacio tan frágil y amenazado por el cambio climático””, apunta Joan Ramón Lucena, coordinador del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Viladecans.
De seleccionar las especies autóctonas plantadas -en este caso majuelo, jara negra y blanca, lentisco, y aladierna-, hacerles el seguimiento posterior a través de la plataforma tecnológica de Life Terra, y de calcular la aportación en captura de carbono se ocupa el equipo científico de la UB.
Teresa Sauras, investigadora de Fisiología Vegetal de la UB y una de sus integrantes detalla que hay una apuesta por especies resilientes al cambio climático, y a sus posibles impactos, como el estrés hídrico o los incendios, de ahí la elección de especies fácilmente rebrotadoras y más resistentes a las sequías.
Enric de Roa Bonel, técnico de gestión de espacios naturales del Consorcio para la Protección y Gestión de los Espacios Naturales del Delta del Llobregat incide en que los trabajos de restauración ambiental en zonas estratégicas ayudarán a acelerar la recuperación de los enormes valores ecológicos de este espacio natural. EFE
Conoce más sobre Life Terra, un proyecto europeo cuya misión es restaurar nuestra conexión con la Tierra facilitando la plantación de árboles y empoderando a las comunidades con conocimiento, tecnologías y herramientas para crear acción climática inmediata.
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