Caty Arévalo.
Madrid, 25 jul (EFEverde).- Demostrar que la conservación de los ecosistemas es la mejor infraestructura que fue existir para protegernos respecto a los cambios a los que habrá que hacer frente como consecuencia del calentamiento es uno de los grandes retos del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN.
Así lo explica en una entrevista con EFE Antonio Troya, director de ese centro, destinado a “aportar soluciones a los problemas ambientales mar Mediterráneo”, que acaba de renovar el apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Junta de Andalucía para mantenerse en España hasta 2017.
Entre los retos que afronta esta oficina regional de la UICN, la organización medioambiental más antigua y grande del mundo, con sede en España está el de ser capaz de “aportar soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente a los grandes desafíos ambientales regionales, como el caso del cambio climático o la seguridad alimentaria”.
“Planteamos cómo utilizar los ecosistemas como infraestructuras verdes”, afirma Troya, quien está convencido de que “una gestión eficaz de los sistemas naturales es mucho más barata a la hora de plantear soluciones frente a grandes cambios a los que habrá que hacer frente”.
Un ejemplo de ello es la búsqueda de soluciones a la subida del nivel del mar y a la erosión que el cambio climático está provocando en la costa mediterránea.
“A lo largo de los años hemos eliminado sistemas naturales como las dunas que nos protegían frente a la erosión o a la subida del nivel del mar, especialmente en el Norte del Mediterráneo. Pues bien, está demostrado que restaurar esos ecosistemas es más barato y más útil que hacer grandes diques de contención frente a esa amenaza“, detalla.
Y es que “conservando la naturaleza ponemos poner sobre la mesa soluciones mucho más eficaces y más a largo plazo que cualquier infraestructura de urgencia que nos vemos abocados a hacer”.
Otro de los grandes frentes de trabajo del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN es promover el conocimiento y la valoración de la biodiversidad mediterránea: “Queremos aportar datos sobre qué tenemos y en qué estado está, para poder establecer las mejores políticas de conservación”.
Así como “valorar cómo contribuye la biodiversidad mediterránea al bienestar y desarrollo económico de sus poblaciones“.
Apoyar y mejorar los procesos de gobernanza de los recursos naturales en el Mediterráneo es otra de las misiones de este centro, que está presente en los grandes convenios regionales de carácter ambiental, como es el caso del Convenio de Barcelona para la Protección del Mar o de la Comisión General de Pesca, apoyando planes de acción, o contribuyendo al conocimiento.
Apoyo a la sociedad civil
La oficina del Mediterráneo de la UICN también ayuda a la sociedad civil a incrementar sus capacidades de interlocución e influencia en los procesos de gobernanza en el Mediterráneo con iniciativas concretas.
Una de ellas consiste en reforzar las capacidades de las jóvenes organizaciones medio ambientales en el Norte de África, surgidas tras la Primavera Árabe para que, con la formación adecuada, se asienten como ONG.
¿Cómo armoniza la UICN esta acción de conservación en países con realidades tan diferentes como los de la cuenca mediterránea? “El Mediterráneo son muchos mediterráneos, muchas capas muy diferentes y con problemas comunes pero realidades muy diferentes“, reconoce Troya.
La manera de abordar estas diferencias es “plantearlas como puntos de intercambio, poner a colaborar el norte con el sur limando e intentando superar lo que les separe”.
En definitiva plantean “plataformas de trabajo donde se pongan al mismo nivel el norte y el sur a través de la transferencia de conocimiento, intercambio de saberes y colaboración en red“.
Transferencia de conocimiento
Una de las materias en las que habrá que llevar sobre el terreno esta colaboración será la lucha contra el cambio climático en la región, que “está teniendo impactos severos, tanto en el incremento de temperaturas como en la disminución de precipitaciones”.
Troya subraya la necesidad de que el acuerdo global para hacer frente al calentamiento, que se prevé adoptar en París a finales de año, se traslade a nivel subregional.
En el caso del Mediterráno, ese pacto climático deberá traducirse, a su juicio, en una “colaboración activa en transferencia de tecnologías y conocimiento entre la Unión Europea y los países del Sur, tanto en materia de mitigación como de adaptación”.EFE
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