Un millar de personas formó la tarde de ayer una simbólica “muralla” humana en el paseo marítimo de Vinaròs para pedir el cierre definitivo del Proyecto Castor, cuya plataforma marina está situada unos veinte kilómetros frente a la costa de esta localidad castellonense.
A través de las redes sociales, los vecinos convocaron esta “muralla”, que se extendió unos 300 metros en el paseo marítimo, donde se leyó un manifiesto en el que se convocaba una reunión informativa el próximo sábado.
En el manifiesto, los vecinos afirmabann que “todos sabían que no había seísmos antes de la inyección -del conocido como “gas colchón”, en el almacén subterráneo- y el que no lo quiera ver es que está ciego”.
Con gritos de “No al Castor” se ha materializado el sentimiento generalizado de rechazo de la sociedad del norte de Castellón a un proyecto detrás del cual se sospecha que está el origen de los cerca de 370 terremotos en la zona del Delta del Ebro, la mayoría de baja intensidad pero de los que uno superó los 4 grados en la escala de Richter y al menos una docena ha sido sentida por la población.
El alcalde de la localidad, Juan Bautista Juan, ha manifestado que el proyecto que lleva la empresa Escal UGS “tiene los días contados” y que “difícilmente se podrá garantizar que no vuelva a ocurrir lo que ha sucedido”.
Juan ha asegurado “entender” la postura del Ministerio de Industria de “ser consecuentes con una decisión del Gobierno central, aunque fuera en otra legislatura”.
El alcalde ha afirmado que él siempre ha tenido “dudas” sobre el Proyecto Castor ya que, además, “nunca ha aportado empleo o riqueza a la zona”.
Los vecinos de Vinaròs se manifiestan por tercera vez en las últimas dos semanas para pedir el desmantelamiento de las instalaciones de la planta del almacén subterráneo de gas natural, cuya actividad está paralizada por orden del Ministerio de Industria desde el pasado 26 de septiembre.
Los vecinos
Una de las convocantes, Áurea Valderrama, ha afirmado que nunca se habían producido seísmos en esta zona y que hasta la fecha “se ha inyectado una cantidad mínima de gas”. “No podemos saber lo que ocurrirá si la planta comenzara a trabajar a pleno rendimiento”.
Ernesto Gómez, otro vecino de Vinaròs, ha explicado que “el que tiene la culpa es el que dio el sí en el momento de poner en marcha la planta”, porque “este tipo de movimientos sísmicos debían estar previstos”.
Los alcaldes de Benicarló, Marcelino Domingo, y de Peñíscola, Andrés Martínez, se han unido a la protesta de esta tarde junto a vecinos de otras localidades.
Según ha explicado hoy el ministro de Industria, José Manuel Soria, desde el pasado 5 de septiembre se han producido 368 movimientos en la zona de Castor, doce de ellos perceptibles por la población y uno de ellos, de 4,2 grados. EFEverde