El fondo soberano de inversión estatal de Noruega (el más rico del mundo, con capital de 900 mil millones de dólares) retirará sus inversiones de las compañías cuyos ingresos provengan en más de un 30% de la extracción de carbón o de la producción de energía con carbón, según la decisión del Comité Financiero del Parlamento noruego.
La votación en sesión plenaria del Parlamento, planificada para el 5 de junio, probablemente confirmará esta decisión, que es apoyada por todos los partidos políticos de Noruega y por organizaciones ambientales como WWF.
Los inversores comprenden, con claridad, que el carbón es una mala inversión, además de que no es ética. Algunas de las razones para retirar las inversiones son el rol del carbón como un peligroso causante del cambio climático y el declive estructural del mercado de carbón. Esta última razón está relacionada con las nuevas restricciones para el uso del carbón, principalmente en China. Aun así, el movimiento de desinversión ha demostrado que puede transformar la forma en que los inversores, los gobiernos y el público ven a los combustibles fósiles.
Para WWF, este hito noruego propone un reto de alto nivel a los políticos que se reunirán en Bonn (Alemania) en junio (para las discusiones climáticas de la ONU) y en Alemania para el G7. Deben asegurarse de que su ambición por un nuevo acuerdo climático, que será firmado en diciembre, concuerde con las ambiciones del sector financiero. WWF espera que estas decisiones de retirada de inversión fortalezcan su determinación.