Los ministros de Medio Ambiente de seis países del sur de África propusieron este jueves el establecimiento de un “mercado de crédito de marfil” y la venta de existencias de ese material, a fin de recaudar fondos destinados a la conservación y gestión de las poblaciones de elefantes y al desarrollo comunitario.
Ese fue uno de los compromisos asumidos en la Conferencia de Conservación del Elefante Africano, a la que asistieron representantes de catorce países africanos, así como de Japón y China (consideradas mercados potenciales de marfil), que se clausuró hoy en un hotel próximo al Parque Nacional Hwange (noroeste de Zimbabue).
Los ministros de Medio Ambiente de catorce países africanos fueron invitados al foro, que empezó el pasado lunes, pero solo seis respaldaron la declaración final, lo que revela las diferencias que existen en África sobre cómo administrar y conservar mejor a estos paquidermos en peligro de extinción.
Esos seis países son Zimbabue, Botsuana, Tanzania, Namibia, Sudáfrica y Zambia.
Según la declaración, el “mercado de créditos de marfil” propuesto sería “similar a los créditos de carbono para recaudar fondos para la gestión de elefantes y el desarrollo comunitario”.
Los seis países también se comprometieron a generar ingresos a través de la “venta de productos de elefantes y vida silvestre mediante el desarrollo de un instrumento viable que permitirá (…) vender reservas de marfil y recaudar fondos para la conservación”.
Zimbabue asegura que tiene más de 130 toneladas de marfil por un valor de unos 600 millones de dólares (unos 560 millones de euros al cambio actual) que la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) le impide vender.
La prohibición del comercio de marfil ha estado vigente desde 1989, pero Botsuana, Zambia, Sudáfrica y Zimbabue se han beneficiado de ventas especiales únicas permitidas por CITES en 1999 y 2008.
Los seis ministros no solicitaron ahora ventas únicas, pero anunciaron que sus países revisarán su pertenencia a la Convención.
Asimismo, hicieron un llamamiento a CITES para “no interferir con el comercio interno, la soberanía de los Estados y sus derechos al uso sostenible de la vida silvestre”.
El comunicado final también guarda silencio sobre el tema del sacrificio de elefantes.
[box type=”shadow” ]Zimbabue ha dicho en los últimos meses que podría recurrir al sacrificio de esos paquidermos para reducir el número, una medida drástica que desencadenaría una dura reacción por parte de los defensores de los derechos de los animales.[/box]
Este país afirma tener entre 80.000 y 90.000 elefantes, la segunda población más alta de África después de la vecina Botsuana, y argumenta que no tiene espacio para todos estos animales, que cada vez más entran en conflicto con las comunidades rurales.
La conferencia contó con la presencia de la primera dama zimbabuense, Auxilia Mnangagwa, nombrada patrocinadora ambiental en 2018 poco después de que su esposo, el presidente Emmerson Mnangagwa, asumiera el poder tras el derrocamiento de Robert Mugabe por el Ejército.
El presidente de Zimbabue asiste al Foro Económico Mundial en Davos esta semana, pero anteriormente se había pronunciado a favor de vender las reservas nacionales de marfil.
La conferencia también atrajo a diplomáticos y expertos en desarrollo como observadores. El embajador de la Unión Europea (UE) en Zimbabue, Timo Olkkonen, tuiteó una imagen de una manada de elefantes reunidos a la luz del atardecer cerca del lugar del foro.
“Al final del día de la reunión ministerial de elefantes en Hwange, los elefantes mismos aparecieron”, escribió Olkkonen, pero no hizo ningún comentario sobre el resultado de las deliberaciones. EFEVerde
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