La Justicia rusa mandó a prisión preventiva a 22 de los 30 activistas de Greenpeace detenidos en aguas del Ártico cuando intentaban encadenarse a una plataforma petrolífera, informó hoy el tribunal Leninski de la ciudad de Murmansk.
Entre los activistas condenados a dos meses de prisión preventiva en calidad de sospechosos de un delito de piratería están los argentinos Miguel Hernán Pérez Orz y Camila Speziale, y también ciudadanos de Rusia, Francia, Turquía, Polonia, Suecia, Canadá, Nueva Zelanda, Argentina, Reino Unido, Australia, Estados Unidos e Italia.
Los magistrados optaron por esta medida al entender que hay riesgo de fuga de los ecologistas extranjeros ante la gravedad del delito del que son sospechosos, mientras que en el caso de los rusos justificaron su ingreso en prisión por la ausencia de una residencia permanente en la región de Múrmansk.
Al mismo tiempo, el juzgado apuntó a indicios de que el presunto delito fue cometido por los ecologistas en grupo y de previo acuerdo, dos hechos contemplados como agravantes por la legislación rusa.
El tribunal también prorrogó a 72 horas la detención del resto de la tripulación del rompehielos de Greenpeace “Arctic Sunrise”, apresado hace una semana en el mar de Pechora cuando varios de sus tripulantes trataron de abordar la plataforma “Prirazlómnaya” del gigante energético ruso “Gazprom”.
En el caso de estos ocho activistas, la Justicia rusa tuvo problemas para conseguirles traductores o aclarar su participación en el acto de protesta, por lo que el tribunal volverá a celebrar otra vista previa el próximo domingo para determinar si ingresan o no en prisión preventiva.
Tras la protesta junto a la plataforma de Gazprom, el rompehielos fue apresado por la guardia de fronteras rusa y sus tripulantes detenidos, tras lo cual, y una vez remolcado el buque hasta el puerto de Múrmansk, fueron trasladados a tierra para comparecer ante la justicia.
El consorcio energético planea comenzar la producción de petróleo en esa plataforma en el primer trimestre de 2014, lo que, según la organización no gubernamental, aumenta el riesgo de que se produzca un vertido de petróleo en un área que contiene tres reservas naturales protegidas por la propia legislación rusa.
GREENPEACE RECURRIRÁ
Greenpeace anunció que recurrirá todas y cada una de las infracciones procesales cometidas por la Justicia rusa contra sus 30 activistas.
“Haremos todo lo posible para que sea recurrida cada infracción procesal, cada violación del derecho internacional que, según la Constitución rusa, es de obligado cumplimiento en territorio de Rusia”, afirmó Antón Benislavski, coordinador de programas de Greenpeace Rusia, en rueda de prensa.
El activista, que tachó de ilegal la detención, advirtió que Greenpeace es partidario de que “se adopten medidas jurídicas, tanto dentro del país, como a nivel internacional contra cada funcionario que haya permitido tales infracciones”.
“Por supuesto, aquí no se puede hablar en ningún caso de piratería, ya que en las acciones de los activistas de Greenpeace no hay indicios formales de piratería ni según el derecho internacional ni según el derecho penal ruso”, dijo.
Benislavski calificó de “extraño” que los supuestos piratas grabaran en vídeo su acción: “Es la primera vez que veo que unos piratas recaban de manera tan descarada pruebas sobre sus propias actividades”.
Y recordó que fueron los servicios de guardafronteras rusos los que abrieron el pasado jueves fuego de advertencia en presencia del rompehielos civil y desarmado de Greenpeace, “Arctic Sunrise”, según informan las agencias locales.
Por su parte, otro coordinador de programas de Greenpeace Rusia, Iván Blókov, comparó la situación del “Arctic Sunrise” con la del “Rainbow Warrior”, hundido por los servicios secretos franceses en 1985 durante la campaña contra las pruebas nucleares en el Pacífico Sur.
“Este es el acto hostil más agresivo, en este caso por parte de Rusia, contra Greenpeace desde la explosión del Rainbow Warrior”, que en su momento le costó el cargo al ministro de Defensa francés, dijo Blókov en rueda de prensa.
Blókov subrayó que “no se conoce ni un solo caso en toda la historia de Greenpeace en la que un Estado actuara de manera tan agresiva tras una acción pacífica que no tiene relación alguna con un delito penal”.
Según Greenpeace, los activistas detenidos el pasado jueves a bordo del “Arctic Sunrise” proceden de 19 países: Rusia, EE. UU., Argentina, Reino Unido, Canadá, Italia, Ucrania, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca, Australia, Brasil, República Checa, Polonia, Turquía, Dinamarca, Finlandia, Suecia y Francia.
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