Efeverde.- Un informe de la ONU publicado hoy con motivo del Día Mundial del Agua estima que tres de cada cuatro trabajos están relacionados con los recursos hídricos de forma directa o indirecta, lo que implica que su escasez o los problemas de acceso pueden limitar el crecimiento económico y la creación de empleo en los próximos decenios.
El mismo estudio señala que la mitad de los trabajadores de todo el mundo están empleados por alguno de los ocho sectores que dependen de una forma u otra del agua y los recursos naturales, como la agrícola, la pesquera, la forestal o la energética, entre otras.
“El agua y el trabajo están íntimamente relacionados en diferentes niveles, tanto económico como medioambiental o social; por eso, esta edición plantea nuevos caminos que abordan la relación entre el agua y el empleo desde una perspectiva no desarrollada en ningún otro informe precedente”, ha indicado la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, a través de un comunicado.
El informe defiende el “papel clave” que desempeñará el agua en la transición a una economía verde, porque “es empleo y, si queremos que la Agenda 2030 sea un éxito y podamos construir un futuro sostenible, hay que asegurarse de que este recurso, del que todos dependemos, está protegido”, ha señalado el presidente de la sección ONU-Agua, Guy Ryder.
El agua, motor de crecimiento
El agua es un factor clave en la creación de empleo, ya sea en su extracción o en el retorno en el medio ambiente, si bien el informe reconoce la dificultad de valorar la relación del agua con el crecimiento económico y la empleabilidad debido a la falta de datos, “en particular cuando se trataba de estimar en qué medida dependían del agua los puestos de trabajo”.
Este documento señala también a otros estudios que encuentran correlaciones entre las inversiones relacionadas con el agua y el crecimiento económico, como el que indica que la inversión en proyectos a pequeña escala que proporcionen acceso a agua potable y saneamiento básico en África podría ofrecer un retorno económico de más de 28.000 millones de dólares al año, es decir, casi el 5 % del producto interior bruto (PIB) del continente negro.
Otras investigaciones subrayan que en los Estados Unidos, cada millón de dólares invertido en infraestructuras de abastecimientos y tratamiento de agua genera entre 10 y 20 puestos de trabajos adicionales mientras que en los países iberoamericanos una inversión de mil millones de dólares en ampliar las redes de agua potable y saneamiento se traduciría en 100.000 puestos de trabajo.
Agua bajo presión
El informe advierte igualmente ante el aumento de la presión sobre la disponibilidad de agua dulce -un 1 % por año de la tasa de extracción de agua subterránea, desde 1980-, debido al incremento de los efectos del cambio climático.
La situación podría empeorar aún más si se cumplen las previsiones de incremento de la población mundial -un 33 % entre 2011 y 2050, de 7 a 9 millones de personas-, con la consiguiente demanda de alimentos -un 70% en ese mismo período- y los informes de evaluación del Quinto Plan Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) que prevén que, por cada grado de calentamiento global, el 7 % de la población mundial se enfrente a una disminución de casi el 20% de los recursos hídricos renovables.
Estas estimaciones de escasez fomentarán la búsqueda de fuentes no convencionales de agua, como la recogida de aguas pluviales, residuales recicladas y el escurrimiento de agua urbana, lo que implicaría la creación de nuevos puestos de trabajo en investigación y desarrollo tecnológico; otras áreas potenciales de crecimiento laboral son las nuevas técnicas de predicción, evaluación del riesgo y uso de imágenes de satélite.
Nuevo personal
En la actualidad, según el informe, casi el 1 % del total de trabajadores en países desarrollados y en vías de desarrollo trabajan en sectores del agua -gestión del agua, construcción y mantenimiento de infraestructuras, abastecimiento y saneamiento-, aunque también advierte de que en los últimos años el número de personas empleadas en instalaciones de abastecimiento de agua y tratamiento de aguas residuales ha disminuido constantemente.
Ello se debe a una falta de interés por parte de los nuevos licenciados en trabajos del sector del agua, la falta de recursos para contratar y retener a personal cualificado y el envejecimiento del personal, a lo que se añade la dificultad para atraer personal especializado para vivir y trabajar en las zonas rurales y el “estigma asociado” con el sector de saneamiento en su conjunto.
La necesidad de invertir en infraestructuras ahora ineficientes es otro posible motor de empleo en el sector: se estima que un 30% de la extracción mundial de agua se pierde por fuga y en algunos países, las prácticas de riego o bien no existen, o son obsoletas y redundan en una baja productividad agrícola.
En África, por ejemplo, la agricultura es principalmente de secano y menos del 10% de su tierra cultivada se encuentra actualmente bajo riego, lo que frena la creación de empleo.