El impacto de las macro infraestructuras eólicas previstas en Cantabria afectará, si se materializa, no sólo al paisaje sino al entorno natural, los animales y el uso del suelo y transformará el actual “paisaje intocable en suelo industrial”, ha denunciado a Efeverde el presidente de la Mancomunidad de Municipios de los Valles Pasiegos (MMVP) y alcalde de Vega de Pas, Juan Carlos García Diego.
“No estamos en contra de las energías eólicas, sino de la instalación de nuevos parques” en la zona sur de esta comunidad autónoma ya que “existe un solo parque eólico con 21 aerogeneradores en el municipio de Soba y un aparato de la localidad de Celada que abastece todas las necesidades de Cantabria”, que es un territorio “muy pequeño”.
García Diego se refiere a los planes de construcción de la empresa Green Capital Power de dos grandes parques eólicos: el de Garma Blanca (que incluiría 13 aerogeneradores para producir una potencia total de 51 MV) y el de Ribota (12 instalaciones del mismo tipo para una potencia similar), que fueron planteados en 2018 y cuyos permisos se encuentran en proceso de tramitación en el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, aunque la MMVP se plantea presentar alegaciones.
Localidades afectadas
En la misma línea se ha manifestado Mar Mayo, portavoz de la recién creada Plataforma para la Defensa de los Valles Pasiegos (PDVP), quien ha señalado que la obra de Garma Blanca afectaría a los municipios de Arredondo, Miera y Riotuerto, mientras que la de Ribota implicaría a los de San Roque de Riomera, Selaya y Villacarriedo.
Mayo cree que es “un modelo energético que no es justo con el territorio, porque quieren construir hasta 144 aerogeneradores en 25 parques y abastecer a las grandes ciudades sin tener en cuenta las necesidades energéticas de la zona” y asegura que en los municipios que podrían ser afectados se organizaron votaciones para conocer la opinión de los vecinos y “el 80 % están en contra”.
Según su análisis, esa red podría abastecer a más de 2 millones de personas, por lo que “tendría más sentido instalar estos parques en los lugares con mayor demanda energética” en los que además “la mano del hombre ya ha tenido repercusión en la Naturaleza”.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]Las razones del rechazo son económicas -creen que los valles pasiegos perderían el paisaje natural, su verdadero atractivo para los visitantes de la zona- y ecológicas -por los posibles daños tanto a la flora y fauna locales como a los usos tradicionales del suelo-.[/box]
García Diego ha recordado en este sentido que la “apuesta fundamental” de las localidades de la zona para su desarrollo “pasa por el turismo y la ganadería y ambos sectores se verían seriamente amenazados” con la construcción de Garma Blanca y Ribota.
Revilla: “Habrá zonas preservadas”
Hace apenas unos días, durante una visita a Reinosa, el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, fue preguntado precisamente por el proyecto de Garma Blanca y pidió “tranquilidad” a la población porque “no vamos a convertir Cantabria en un parque eólico, toda ella”.
Aunque reconoció que existen proyectos “muy sólidos” para apostar por las energías renovables, indicó que “no todos los que se han pedido se autorizarán” y habrá zonas “preservadas con toda seguridad por el impacto paisajístico que originan”.
Revilla insistió en que la región cuenta con “garantías suficientes para proteger el medioambiente y recordó que el Plan Regional de Ordenación del Territorio, actualmente en tramitación, clarificará dónde se pueden instalar aerogeneradores y dónde no. EFEverde.