El número de víctimas por el seísmo que el pasado domingo sacudió la comarca de Ludian, en la provincia meridional china de Yunnan, se elevó hoy a 615 fallecidos.
Las autoridades locales también han elevado en gran medida el número de desaparecidos (de nueve citados ayer a 114 hoy), mientras que los heridos ascienden a 3.143.
El temblor, de 6,5 grados de intensidad en la escala de Richter, afectó una de las zonas más pobres de la provincia, fronteriza con Myanmar y Laos, y escenario frecuente de movimientos sísmicos.
Con epicentro en la localidad de Longtoushan, el terremoto, ocurrido a las 16:30 del domingo (8:30 GMT), afectó a más de un millón de personas.
Las principales preocupaciones de los equipos de rescate tras cuatro días de trabajos en la zona son la aparición de epidemias y el peligro de inundaciones, a raíz de que desprendimientos causados por el seísmo causaran diques en ríos locales y éstos embalsaran grandes cantidades de agua que amenazan con desbordarse.
Las autoridades comunistas han culpado de la elevada cifra de muertos a la fragilidad de las construcciones, la poca profundidad del terremoto -sólo 12 kilómetros- y a la densidad de población en esta zona, muy superior a la media provincial, mientras algunos residentes critican la falta de inversión en Ludian, una de las áreas rurales más empobrecidas de China.