Sin olvidarnos de las mismas tragedias que se suceden muy frecuentemente, como en Pakistán, con lluvias que provocaron centenares de muertos y millones de desplazados, y que anegaron las tierras, destrozaron los cultivos y provocaron (y provocan) las cíclicas hambrunas de los países más pobres y más poblados.
Cambio climático
Estos auténticos diluvios, ¿pueden considerarse ejemplos del cambio climático o, por el contrario, han sucedido siempre.? ¿Es ahora, que contamos con medios y tecnología para estudiar y comparar en el tiempo, cuando nos damos cuenta de que el clima se comporta, a menudo y desde siempre, de manera extrema; o sus extremos y virulencia son recientes y consecuencia del cambio al que se encuentra sometido?

De las teorías que defienden ambas posturas no queda más remedio que adoptar una intermedia.
El clima no se somete, en principio, a ninguna regla de comportamiento, aunque siga tendencias que se prolongan en el tiempo hasta que cambia de tendencia y se suceden épocas más templadas o más frías unas de otras. Si a esto le sumamos el abominable trato que venimos dando al medio ambiente desde hace, casi, dos siglos, al clima terminamos por desestabilizarle y provocamos que se extreme.
Esto es lo que estamos padeciendo: antes de ayer en Pakistán, hoy en Australia o en Chile y Argentina (La Niña en su máximo esplendor), y mañana quién sabe dónde… Al errático comportamiento “natural” del clima, con el añadido del cambio climático acelerado que padecemos gracias a nuestra conducta social, no nos podemos acostumbrar, y seguirá siendo noticia habitual en los Medios cada vez que se desboca. Y su frecuencia no deja de aumentar.
José María Cernuda
Ley y Clima
Enero, 2011
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