Los árboles mueren por exceso de amor. EFE Foto Nic Botha

BÓNSAI

Blázquez (maestro bonsái): los árboles mueren de exceso de amor

Publicado por: Marina Segura Ramos 27 de febrero, 2016 Madrid

Marina Segura Ramos .- Los dos maestros del bonsái Carlos Lázaro y José Manuel Blázquez han publicado el primer manual escrito por españoles para el cuidado de estos árboles miniatura, que en España mueren en muchas ocasiones por "un exceso de amor".

Hasta la publicación de "Bonsái. Arte y Naturaleza", editado por Oberon (Grupo Anaya), solo hay traducciones o guías de especies de bonsáis, de modo que esta es "la primera vez que se piensa en el clima y los árboles de la Península Ibérica", dice Blázquez en una entrevista con EFE.

Blázquez, que sólo en su página de Facebook reúne a casi 350.000 seguidores, sostiene que tras la fiebre desatada en España en los años 80 por este arte milenario japonés -impulsada por el entonces jefe del Gobierno socialista Felipe González-, ahora "se vive una fase de consolidación, de contagio de padres a hijos".

Lo importante es el camino, no el final

A su juicio, el éxito de los bonsáis reside en que, por oposición al actual ritmo de vida-, su cuidado requiere "tomarse suficiente tiempo para que las cosas sucedan; la cultura japonesa tiene actividades en las que el tiempo no cuenta. Muchos aficionados buscan una parada o una pausa en el camino".

Para modelar un bonsái, subraya al respecto, se necesita el tiempo que el árbol permite: "No vamos a la velocidad a la que tú quieres sino a la que el árbol te deja. Lo importante es el camino, no el final del camino".

 VAL DO DUBRA (A CORUÑA), 04/10/2014.- Bonsais únicos por su singularidad y antigüedad, en algunos casos superior a los dos siglos, convierten a Galicia, que celebra un congreso sobre estos ejemplares, en capital de un arte oriental que atrae tanto a aficionados como a coleccionistas. EFE/Óscar Corral
VAL DO DUBRA (A CORUÑA), 04/10/2014.- Bonsais únicos por su singularidad y antigüedad en una exposición. EFE/Óscar Corral

Cada uno de estos árboles miniatura tiene "su propia personalidad, se comporta de forma única", añade Blázquez, que con Carlos Lázaro fundó  Bonsaikido, una escuela profesional de enseñanza del bonsái y de otras artes de la cultura japonesa.

En la entrevista, Blázquez destierra uno de los mitos más extendidos: la existencia de árboles de interior.

Los árboles de interior, no existen

"Los bonsáis se mueren dentro del hogar porque no pueden fabricar su fotosíntesis, no son pequeñas plantas del interior sino seres superiores, son organismos muy complejos y sofisticados. Dentro de casa no lo pasan bien y mueren".

Otra "leyenda urbana es que hay árboles de secano y de regadío; cualquier árbol necesita agua conforme se va secando la tierra".

En muchas ocasiones, prosigue, "los bonsáis se mueren por exceso de amor, es decir, por no entender qué tipo de ser vivo tienes. Cultivar un bonsái dentro de casa es como tener un pez fuera del agua".

A su juicio, los árboles miniatura tienen también una parte muy espiritual: "al final es él quien te modela a ti y no viceversa; debes aprender que solo se abona en una determinada época, solo se puede trasplantar cuando está inactivo... al final haces todo lo que el árbol te dice".

"Ello conlleva una serie de valores que son importantes: el tomarse el tiempo para que las cosas sucedan cuando tienen que ocurrir, ni antes ni después por mucho que tú te empeñes, ese es un valor importante y la gente lo aprecia cuando lo redescubre".

Técnicas de cultivo, riego y mucho más

Blázquez y Lázaro son miembros de la Asociación Española de Bonsái, participan en demostraciones y conferencias y han sido recibidos por los maestros japoneses del bonsái más destacados.

Bonsái arce en una exposición. EFE/David Aguilar
Bonsái arce en una exposición. EFE/David Aguilar

En su libro, el lector encontrará distintas técnicas de cultivo, entre las que se encuentran el trasplante, con indicaciones de cuándo hay que plantar, de qué forma y con qué frecuencia; el riego, incluyéndose recomendaciones como la calidad del agua; el abonado, los tipos de abono, la frecuencia o la composición; y de diseño, como la estructura más adecuada que deben seguir las ramas; la poda y el correcto alambrado o pinzado.

Además, incorpora consejos artísticos que permiten crear diseños que recuerden a árboles de la naturaleza, porque el bonsái no es únicamente un árbol cultivado en una maceta.

Trasladan al medio natural, recuerdan el contacto ancestral con la naturaleza y los distintos elementos, son un símbolo de eternidad.

"Nos conectan con la esencia y la sencillez de los elementos que conforman la naturaleza que nos rodea, y que los japonenses en la antigüedad, al igual que otras culturas del pasado, definieron como los cinco elementos: fuego, agua, tierra, viento y vacío", afirman Lázaro y Blázquez.

En Occidente es difícil entender los sentimientos de los japoneses hacia un bonsái, ya que para ellos poseen una fuerza interior, un espíritu (kami), que existe en cualquier objeto creado por la naturaleza, en el que unen algunas ideas importantes de su cultura como el bienestar interior, la paciencia, la calma, el esfuerzo constante, la reflexión y la simple contemplación. EFE

 

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