Una joven y su perro en la isla griega de Kea. Foto: Orestis Panagiotou.

NATURALEZA FILOSOFÍA

En busca de los placeres de la naturaleza contribuimos a su destrucción

Publicado por: Redacción EFEverde 13 de abril, 2019 Madrid

Isabel Martínez Pita.- EFEverde.-  La experiencia ética y estética del ser humano con la naturaleza es el contenido de “Ecoanimal”, de la profesora de Filosofía, Marta Tafalla, para quien, en busca de los placeres de la naturaleza, a veces, “contribuimos a la destrucción del medio natural”.

La doctora en Filosofía y profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, Marta Tafalla, ha profundizado en la relación del ser humano con la naturaleza. “Yo parto de la idea de que la mayoría de las personas tenemos una necesidad de disfrutar de la naturaleza y especialmente buscamos experiencias estéticas”.

“A la mayoría de la gente le gusta contemplar paisajes sugerentes, observar a las aves, pasear por el bosque o la playa”, subrayó la filósofa.

Tenemos que pensar en cómo vehiculamos estas experiencias estéticas 

Para Tafalla, “el problema es que hoy en día estamos en los inicios de una catástrofe ecológica de tal magnitud que pone en riesgo muchos ecosistemas e incluso toda la biosfera y, en esas circunstancias en las que estamos, que son muy complejas y difíciles, es importante que pensemos en cómo vehiculamos estas experiencias estéticas y cómo las vivimos”.

En busca de estos placeres que nos proporciona la naturaleza, a veces, lo que hacemos es “contribuir a la destrucción del medio natural”.

“Hay ejemplos que resultan muy obvios, como querer recorrer unos paisajes que nos fascinan, pero hacerlo en coche, que emite gases de efecto invernadero y contribuye al calentamiento global”.

También el tipo de vacaciones que elegimos, muchas veces para disfrutar de la naturaleza exótica de determinados países nos puede resultar muy placentero y, sin embargo, estos viajes pueden perjudicar al medio ambiente.

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Portada del libro de Marta Tafalla, “Ecoanimal. Una estética plurisensorial, ecologista y animalista. Foto: cedida por la editorial Plaza y Valdés
[box type=”shadow” ]”Si nos vamos una semana a Costa Rica en avión, a ver sus paisajes, se supone que estamos haciendo turismo de naturaleza, pero por el mero hecho de trasladarnos en avión, que es un medio de transporte muy contaminante, estamos contribuyendo al cambio climático”, indicó Tafalla. [/box]

“Hemos de repensar cómo buscamos estas experiencias estéticas de la naturaleza sin contribuir al cambio climático, de manera que sean lo menos dañinas posibles y podamos disfrutar de ellas sin contribuir a la destrucción de los mismos ecosistemas que admiramos”, dijo la filósofa.

Los sentidos que gozan de la naturaleza

Cuando se trata de gozar de la naturaleza generalmente se habla de los sentidos que se incluyen en esta experiencia, es decir, la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto.

Marta Tafalla, amante de la naturaleza y pensadora que ha dedicado gran parte de su tiempo a estudiar las relaciones entre el mundo de los seres humanos y el de los animales y la naturaleza, carece del sentido del olfato por nacimiento, por lo que ha tenido que desarrollar otros sentidos más ávidamente.

En el mundo de los sentidos, “la teoría estética tradicional nos ha enseñado que la
belleza solo se percibe por la vista y el oído, despreciando el resto de los sentidos”.

[box type=”shadow” ]Según Tafalla, esa idea se refuerza con el hecho de que, actualmente, vivimos rodeados de pantallas y “la gente joven se relaciona con la naturaleza, sobre todo, a través del móvil, lo que tiende a reducir la naturaleza prácticamente a una imagen en una pantalla, y eso genera una concepción muy distorsionada del medio natural. [/box]

“Creo que necesitamos recuperar la experiencia corpórea del mundo natural, es decir, salir al campo, caminar, pisar la tierra, tocar, experimentar con las plantas, tocarlas…”, apuntó Tafalla.

“De alguna manera -continuó la filósofa-, abrirnos a experiencias mucho más sensoriales y corporales, y observar la naturaleza y los animales con mucha más atención”.

Para Marta Tafalla, no llegamos a entender la gravedad de los problemas como el calentamiento global y la extinción de especies porque hemos desconectado del mundo real. “Me parece que si cultivamos una relación más corporal con la naturaleza quizás eso nos ayude a reconectar con ella y poner en práctica una forma de vida más respetuosa”.

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Vista de Amieva, pueblo situado en los Picos de Europa. EFE/JL PINO/gb

En cuanto a nuestra relación con los animales, según Tafalla tenemos un problema similar al que tenemos con la naturaleza.

Los animales que nos hacen la vida más alegre

Los animales “son fantásticos, maravillosos, y contemplarlos nos hace la vida más alegre, pero tendemos a tratarlos como instrumentos que nos aportan placer y que solo existen para eso”.

Muchas veces, anteponemos nuestro deseo de placer a las necesidades del animal, y encontramos un ejemplo en la gente que se lleva a su casa animales salvajes.

“No es lo mismo tener un perro, con el que puedes convivir y satisfacer sus necesidades, que traerte a casa un animal salvaje que, a lo mejor, procede de otro continente y al que no vas a poder dar una vida digna. Lo vas a tener encerrado en una jaula o una pecera en malas condiciones y, al final, no vas a saber qué hacer con él y, posiblemente, lo abandones”, manifestó la filósofa.

Por último, Marta Tafalla señaló que “hay muchos viajes que son espirituales o intelectuales, etc. El problema es que estamos destruyendo algo que no solo nos proporciona esas experiencias sino que estamos destruyendo la base de la vida”. EFEverde

Redacción EFEverde

Un equipo de periodistas especializados en periodismo e información ambiental de la Agencia EFE.