Mapa de centros de datos en España de @DataCenterMap, que ha identificado 200 en 35 zonas.
DESARROLLO SOSTENIBLE

Centros de datos, ¿hay energía y agua para todos sin comprometer otros usos?

Ana Tuñas Matilla

La digitalización y la inteligencia artificial están incrementando a gran velocidad la necesidad de contar con centros de datos y España está en el punto de mira del sector para ubicarlos prometiendo generación de empleo y riqueza. Sin embargo, su llegada masiva y poco transparente puede poner en jaque dos recursos clave: electricidad y agua.

Entre las razones que hacen atractivo al país para este tipo de instalaciones: su posición geográfica, la conexión mediante cables submarinos con continentes como América y África, la disponibilidad de suelo barato y el despliegue de energías renovables (solar y eólica) y de fibra.

Opacidad

Según la fuente especializada que se consulte (Spain DC,  DataCenterMap, Cloudscen o Baxtel, por ejemplo), en el país hay entre 100 y  casi 200 centros de procesamiento de datos (CPD) operativos, en construcción y/o planificados, con Madrid, Aragón y Cataluña como principales destinos. Entre sus promotores, destacan compañías como Amazon Web Services, Google o Microsoft, que, a preguntas EFEverde,  no han detallado el número de centros que tienen en el país ni su capacidad ni consumos.

A nivel sectorial, tampoco hay datos claros, ni individuales ni agregados, de los consumos reales que hacen estas instalaciones de recursos como la electricidad y agua, lo que dificulta conocer cuál es su impacto ambiental.

Lo que sí se sabe, según los expertos consultados por EFEverde, es que su número aumentará exponencialmente a corto plazo y que esta falta de transparencia dificulta planificar adecuadamente su despliegue sin poner en riesgo el suministro de energía y agua para este y otros usos.

Dar prioridad a los que minimicen su impacto

Para minimizar los riesgos, el Ministerio para la Transición Ecológica trabaja en un real decreto para que los centros que superen los 500 kW publiquen información relevante de rendimiento energético, uso de renovables y huella hídrica, entre otros.

El objetivo, priorizar los que maximicen los impactos positivos en el territorio y el país y minimicen las externalidades negativas en consumo de energía o agua, han explicado desde el Ministerio.

Aunque esta obligación arrojará luz, según los expertos existe el riesgo de que en lugar de comunicar consumos absolutos, los datos se aporten a través de métricas «relativas» comunes en el sector: PUE (eficiencia de uso de energía), WUE (eficiencia de uso en el agua), CUE (eficiencia de uso de carbono) o ERE (factor de reutilización de energía).

En paralelo, el Ministerio trabaja en la planificación del sistema eléctrico 2025-2030 para dimensionar las redes de acuerdo con las previsiones y las necesidades del país, incluidos 3,8 gigavatios (GW) para CPD, que se añadirán a los 12 GW en permisos ya concedidos al sector.

Esa potencia de 12 GW triplica el objetivo sectorial (Spain DC prevé que se instalen entre 2 y 3 GW de CPD a 2030), lo que indica que muchas de las peticiones de acceso a la red podrían ser para un mismo proyecto que baraja distintos emplazamiento, lo que imposibilita, por tanto, conocer la demanda real de CPD.

Agua, el coste ambiental oculto

Según un informe publicado por el World Economic Forum, el aumento de los centros de datos conlleva un coste ambiental oculto más allá del consumo energético: el rápido aumento del consumo de agua.

Estimaciones recientes, añade el documento, sugieren que la adopción acelerada de la IA por sí sola podría resultar en una extracción adicional de agua de 4.200 a 6.600 millones de metros cúbicos para 2027, incluyendo refrigeración in situ y generación de electricidad externa. Esta proyección equivale a entre 4 y 6 veces la extracción anual de agua de Dinamarca, lo que subraya la necesidad de tomar medidas urgentes, como el uso de soluciones circulares.

Estas soluciones son clave para garantizar la sostenibilidad del sector porque pueden generar ahorros de hasta un 75 %. Sin embargo, su implementación suele retrasarse por la falta de análisis de negocio, la supervisión insuficiente y la complejidad de integrar nuevas tecnologías en infraestructuras existentes, advierte el informe.

O hacemos «ecología industrial» o no habrá agua para todos

Según el fundador de Aqua Positive, Gabriel Blejman, un CPD de grandes corporaciones consume entre de 25 a 100 MW, lo que equivale a 25.000 a 100.000 viviendas promedio, y 2 millones de litros de agua al día, como unas 5.000 o 6.000 viviendas, principalmente para la refrigeración de las máquinas.

La apuesta es que funcionen con sistemas de circuito cerrado, como las piscinas (se llena una vez y se recarga lo que se va perdiendo por evaporación). En la actualidad, estas soluciones permiten mantener entre el 75 y el 80 % del agua, pero el objetivo del sector debería ser llegar al 90 %, o lo que es lo mismo, reducir la pérdida al 10 %, según Blejman, que ha recordado que muchos CPD se instalan en zonas áridas porque el suelo es más barato, hay menos riesgo de inundación y más irradiación solar.

En su opinión, la única manera de que este sector y el resto de usos no compitan por el agua pasa por apostar por lo que ha denominado «ecología industrial», es decir, por un ecosistema inspirado en la naturaleza en el que las diferentes actividades es integran y el recurso que sale de un proceso productivo es usado por otro.

«No se trata de cuánto consume un centro en un sitio específico, se trata de como Estado, como nación, ver cómo se distribuye el consumo del recurso y se absorbe el impacto», según el experto, que avisa de que «o pasamos de un sistema lineal de consumo a otro circular o no habrá agua para todos».

Falta infraestructura eléctrica 

«Faltan datos, pero quiero pensar que se está midiendo el impacto», ha dicho el director de la división de centros de datos de Fibratel, Tomás Callejo, quien, no obstante, defiende que el sector ha nacido sostenible y eficiente en consumos porque desde el minuto uno tiene la vista puesta en cómo va llegar el planeta a las generaciones futuras.

Por eso apuestan por el uso de renovables o circuitos cerrados de agua, según el directivo, que asegura que el riesgo no está en la cantidad disponible de electricidad, si no en que no hay puntos de conexión y redes suficientes para todos, lo que producirá cuellos de botella.

La alternativa, que estos centros se aíslen energéticamente y se alimenten mediante fotovoltaica, baterías o, incluso, pequeños reactores nucleares (SMR, por sus siglas en inglés).

Sólo en Aragón, hay 31 centros de datos planeados que han solicitado acceso a la red por 6 GW, el equivalente a casi la mitad de toda la potencia eléctrica actualmente instalada en la comunidad. Apenas 2,6 GW tienen acceso concedido, ha explicado el director de Hello Watt, Danny Salazar.

Esto indica que, a día de hoy, la red no está realmente preparada para absorber «sin más» tantos centros de datos y que hay una carrera entre inversión en redes, nueva generación y avalancha de proyectos de forma que «si no se ordena bien quién se conecta, dónde y cuándo, inevitablemente alguien se va a quedar fuera».

En cuanto a si habrá energía verde para todos, en su opinión, sólo será posible si cada nuevo gran consumo se vincula a nueva generación renovable y a inversión en la red. De lo contrario, corremos el riesgo de «maquillar» el sistema con etiquetas verdes mientras que, en las horas puntas de consumo, seguimos dependiendo del gas (ciclo combinados).

Riesgo real de colapso

En la misma línea, el responsable de Servicios de Infraestructura y Plataforma de T-Systems, Agustín Fernández, ha señalado que uno de los grandes desafíos a afrontar ante el desembarco de CPD es reforzar la red eléctrica, que ya está saturada al 85 %; así como garantizar energía renovable para todos.

Por muchos PPA (contratos de suministro a largo plazo que permiten la construcción de instalaciones) basados en renovables que se firmen, «seguiremos quemando gas si no se encuentran alternativas para almacenar la energía, como las baterías», ha advertido.

En su opinión, si no se actúa, hay riesgo real de colapso y, llegado el caso, «habrá que priorizar consumos, con hogares y agricultura encabezando a la cabeza».  Para evitarlo, el sector ya debate en España abastecerlos mediante SMR.

Según el director general de Innoenergy Iberia, Mikel Lasa, se prevé que la demanda de centros de datos crezca a un ritmo medio anual del 30 % hasta 2030 y su auge está generando presión sobre la infraestructura energética, especialmente en los principales nodos urbanos.

En su opinión, para ordenar los consumos se deben comparar los beneficios socioeconómicos de invertir en una actividad como los centros de datos con los derivados de otro tipo de industrias o actividades económicas que compiten también por la electricidad y el agua.

«Llevado al extremo, no planificar podría tener consecuencias medioambientales como, por ejemplo, agotar recursos escasos como el agua, pero si se aplica la regulación con rigor y se seleccionan las tecnologías adecuadas, creo que ese riesgo es mínimo», ha aseverado.

El sector se defiende

Desde 2022, AWS cuenta con una región cloud en Aragón formada por tres zonas de disponibilidad (con uno o varios centros de datos cada una) en Huesca, Villanueva de Gállego y El Burgo de Ebro. En mayo de 2024, anunció la expansión de esta infraestructura local con construcción de instalaciones en nuevos enclaves (como el ubicado en La Cartuja, Zaragoza) y la ampliación de las tres zonas de disponibilidad ya existentes, abarcando un área total de 400 hectáreas (equivalente a 560 campos de fútbol).

Fuentes de la compañía han asegurado que tienen el compromiso y la misión de situar la sostenibilidad y la eficiencia en el centro de todo lo que hacemos, y han defenido que innovan continuamente para minimizar su impacto operativo y el de sus millones de usuarios.

Operar de manera sostenible, significa reducir la cantidad de agua usada para enfriar nuestros centros, según la misma fuente, que ha explicado que la estrategia de eficiencia hídrica de AWS se basa en el uso de tecnología cloud para aumentar la eficiencia (sensores y datos en tiempo real para encontrar y abordar fugas), la utilización de agua reciclada y de lluvia en lugar de potable y por «devolver» agua a la comunidad.

«Sólo en Aragón, la cantidad de agua necesaria para la refrigeración de nuestros servidores equivaldría al 0,9 % del caudal diario del río Ebro a su paso por Zaragoza, por lo que innovamos continuamente para mejorar la eficiencia de refrigeración».

Aunque en España apuestan por las renovables, en Estados Unidos, AWS está invirtiendo en SMR para satisfacer la creciente demanda energética a nivel mundial porque da energía libre de carbono, más rápida de crear y más barata, han apuntado las mismas fuentes sin desvelar si exploran esta opción para España.

Innovación

Por su parte, Microsoft ha desarrollado un sistema de circuito cerrado que, mediante la implantación de soluciones de refrigeración a nivel de los propios chips, garantiza un control preciso de la temperatura sin depender de la evaporación del agua.

Esta nueva tecnología de refrigeración líquida se utilizará en los centros que construyen en Aragón, donde también impulsarán medidas para aportar a la región más agua de la que utilizan.

Se estima un uso inicial de 27.717 m³ para llenar el circuito en el primer año y 3.975 m³ anuales a partir del segundo, sin necesidad de reponer agua para refrigeración. Esta cantidad es inferior al consumo anual de agua de 100 personas, ha asegurado la compañía. EFEverde

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