EFEverde.- El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha introducido en los parques nacionales de Cabañeros y Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) y en el Parque Regional del Sureste (Madrid) 150 pollos de cernícalo primilla (Falco naumanni), un ave rapaz amenazada de extinción.
Las labores forman parte de un proyecto "experimental" del Ministerio para crear colonias de cernícalo primilla en espacios protegidos, que ha contado con la colaboración de la ONG Grefa, el Organismo Autónomo Parques Nacionales y los gobiernos de Madrid y Castilla-La Mancha.
En una nota de prensa, el Ministerio ha explicado que las aves han sido introducidas por miembros de Grefa mediante el "método hacking", que consiste en suministrar alimento a las crías hasta completar su desarrollo en 80 cajas-nido situadas en cada uno de los primillares.
Esta rapaz diurna, la más pequeña de España y clasificada como Vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, es filopátrica, es decir, tiende a instalarse cerca de su lugar de nacimiento, por lo que se espera que los ejemplares que sobrevivan vuelvan a criar en los mismos primillares en el futuro.
El secretario general de Grefa, Fernando Garcés, ha explicado que la iniciativa "trata de reforzar las colonias silvestres de la especie o crear otras nuevas" y se mostrado convencido de que su continuidad" puede ser decisiva para consolidar la población reproductora de cernícalo primilla en España".
Rapaz aliada del agricultor
La dieta del cernícalo primilla, basada en grandes insectos y micromamíferos, la convierte en una aliada del agricultor por su papel de controlador de plagas, por lo que Grefa lleva a cabo un amplio abanico de acciones en favor de esta especie tan útil como amenazada, informa la organización.
Entre estas acciones destaca la cría en cautividad, que ha permitido el nacimiento de 282 pollos en 2016 en sus instalaciones especializadas.
Los primillares diseñados para este proyecto han consistido en una estructura modular de paneles de hormigón prefabricados que se han instalado sin apenas obra, y por lo tanto su impacto ambiental y su coste han sido mínimos, según Grefa.
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