El Senado chileno aprobó este martes extender durante 15 días más la militarización de cuatro provincias ubicadas en el sur del país, zona donde hace décadas se desarrolla un conflicto territorial con indígenas mapuche que se agravó en los últimos meses.
A solicitud del presidente chileno, el conservador Sebastián Piñera, la Cámara de Diputados aprobó ayer la prórroga del “Estado de Emergencia”, mientras esta tarde el Senado hizo lo mismo con 16 votos a favor, 12 en contra y una abstención.
La medida entró en vigor el pasado octubre y permite el despliegue de las Fuerzas Armadas para colaborar en operaciones policiales y restringir el derecho a la reunión y el desplazamiento de los habitantes en la zona.
Acaparamiento de tierras
Se trata de cuatro provincias ubicadas en las regiones de Biobío y La Araucanía, en el centro-sur del país, que en los últimos meses han experimentado una ola de violencia con frecuentes ataques a maquinaria agrícola y predios, incendios, cortes de carreteras y tiroteos con víctimas mortales.
[box type=”shadow” ]Algunos de estos episodios se enmarcan en el “conflicto mapuche”, que enfrenta al Estado chileno y al principal grupo indígena del país, que reclama las tierras que habitaron durante siglos y que ahora pertenecen, en su mayoría, a grandes empresas agrícolas y forestales controladas por los grupos económicos más poderosos del país y del Cono Sur.[/box]
Mientras los defensores de la militarización, las figuras más conservadoras, sostienen que es la única forma de garantizar la seguridad de la población, los detractores, parte de la oposición y las organizaciones indígenas, argumentan que solo pone más tensión sobre la enconada disputa y aumenta los casos de violencia.
En el último mes se han registrado varios incidentes como los incendios de una escuela y la finca de un diputado, o la muerte de un comunero mapuche durante un operativo policial, este último episodio aún sin ser esclarecido por la Justicia.
Defensores ambientales asesinados
Este caso desató una ola de reacciones y reavivó el recuerdo del asesinato de Camilo Catrillanca, un mapuche de 24 años que murió en 2018 de un tiro por la espalda de un policía del cuerpo de Carabineros, convirtiéndose en la primera gran crisis del segundo mandato de Piñera, acentuada por montajes y mentiras sobre la actuación policial.
La situación despertó diversas críticas, como la de la Oficina para América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), que lamentó el fallecimiento del mapuche y expresó su preocupación por la militarización. EFEverde