Cerca de 100.000 firmas rechazan declarar bien de interés cultural (BIC) las monterías y rehalas en Extremadura al considerar que ponen en riesgo a especies protegidas y por su impacto negativo en el turismo rural y de naturaleza.
La iniciativa ha sido respaldada por un total de 63 entidades, profesionales y colectivos, ha informado este lunes en un comunicado la asociación Ecologistas Extremadura, que forma parte de la plataforma constituida en contra de esta iniciativa.
Desde 2018
Según recuerda, la propuesta de declarar BIC las monterías y rehalas en Extremadura se inició a principios de 2018, cuando la Federación Extremeña de Caza presentó formalmente la documentación ante la Junta de Extremadura.
Posteriormente, el partido Ciudadanos propuso en la Asamblea de Extremadura instar a la Consejería de Cultura a agilizar este trámite, justo un año después de que el uso de rehalas se cuestionara tras despeñarse doce perros y un ciervo en una montería celebrada en la localidad cacereña de Herreruela.
Aquel suceso, indica Ecologistas, despertó una “tremenda ola de indignación” en todo el país y llevó a que más de medio centenar de colectivos y profesionales -entre ellos organizaciones ecologistas, de protección animal, educadores caninos, veterinarios y abogados- solicitaran a los grupos parlamentarios extremeños que votasen en contra de dicha propuesta.
Finalmente ésta fue aprobada en diciembre de 2019 con los votos a favor de Ciudadanos , PP y PSOE, y en contra de Unidas por Extremadura, de modo que la iniciativa se encuentra actualmente en estudio por parte de la Consejería de Cultura.
Desde entonces, señala la nota, un número creciente de entidades han mostrado públicamente su disconformidad a que se proteja públicamente y se subvencione, con ayudas económicas destinadas a Cultura, “una actividad que está intentando blindarse, mientras es cuestionada por un amplio sector de la población”.
Firmas online
Según precisa, esta oposición se ha reflejado también en una recogida de firmas online abierta a tal efecto, lleva ya sumados más de 92.400 apoyos.
Argumenta este rechazo en que el empleo de rehalas está en entredicho por su impacto negativo sobre el medio ambiente, especialmente por la imposibilidad de asegurar que los perros no ataquen a especies legalmente protegidas.
En este sentido, explica que estos canes son seleccionados y se potencia su agresividad contra los animales silvestres, lo que pondría en peligro a especies amenazadas, como ya ha ocurrido con la muerte de un lince en la provincia de Córdoba y la huida de otro en el parque nacional de Monfragüe, según afirma.
Cuestiona además la calidad de vida en muchos de estos perros, ya que “existe un apreciable número de denuncias y condenas por la deficitaria situación higiénico-sanitaria que a veces llegan a padecer”.
Otras actividades de turismo de naturaleza
Y frente a quienes aluden a la relevancia económica que generan, la plataforma contra esta declaración BIC alega que “se olvidan de cómo perjudican estas cacerías al desarrollo de otras actividades en auge y más rentables para el mundo rural”, como el turismo de naturaleza y los deportes al aire libre, con la riqueza económica que conllevan en la hostelería, restauración y comercio de esas zonas.
A juicio del colectivo, la protección del patrimonio cultural supone un reconocimiento que debe afianzar la continuidad de prácticas tradicionales “que estén en armonía con el territorio en el cual se desarrollan”.
Y no deben convertirse “en simples declaraciones que vayan en contra de aspectos tan importantes como la sostenibilidad y la cohesión social”.
“Una actividad que conlleva la muerte y sufrimiento de animales, y que es fuente de tanta controversia entre la ciudadanía, no debería ser objeto de blindaje por parte de las instituciones”, añade. EFEverde
[divider]Te puede interesar:
El TS fija como delito cazar en tiempo de veda al poner en peligro biodiversidad