EFEVERDE.- Un cuento minimalista sobre la naturaleza, a veces caprichosa, y su relación con un anciano empeñado en sobrevivir en una pequeña isla son los ingredientes del film “Corn Island”, dirigido por George Ovasshvilli y proyectado en el Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias.
El proyecto de este largometraje nació en 2008 y con un presupuesto, pero a raíz de la muerte de uno de los guionistas, el guión cayó en el olvido, y no se retomó hasta un par de años después cuando Ovasshvilli decidió volver al proyecto original.
Cada primavera el río Enguri, en la frontera entre Georgia y la República de Abjasia, baja fecundo desde el Caúcaso creando pequeñas islas en tierra de nadie.
En una de esas pequeñas islas, un anciano abjaso y su nieta construyen una cabaña en la que sembrarán maíz para sobrevivir al frío invierno de la región, pero a veces, la naturaleza caprichosa echa al traste esa relación.
Durante el otoño la lluvia a veces se lleva estas islas a otro lugar del río donde otro campesino podrá volver a cultivar maíz dentro del ciclo de la vida, ha señalado.
Una de las mayores dificultades durante los 76 días que duró el rodaje fue localizar el paisaje insular tan dependiente de las crecidas del río Enguri y conseguir dominar las aguas.
Para solventar el problema se creó una isla artificial en una lago de la zona donde los operarios Cinematográficos manejaban, a su antojo, el curso del río, ha detallado el director.
Con este película, ganadora del Festival de Karlovy Bari en 2014, Ovasshvilli ha querido lanzar un mensaje claro: “la naturaleza pone las reglas y no se puede ir en contra de ella, pero si te portas bien con ella te gratificará”.
Ahondando en la idea principal, la naturaleza y su relación con el ser humano, el director ha subrayado que con este largometraje no intenta explicar nada acerca del entorno que nos rodea, sólo contar una historia y que cada uno saque sus propias conclusiones.
Sin apenas diálogos y con unos planos paisajísticos maravillosos, la película muestra otros personajes secundarios: soldados de Georgia y de la República Abjasia sumidos en un conflicto político que dura ya años.
Respecto a estos personajes militares, el director ha afirmado que aunque juegan un papel importante en el argumento su película no tiene un carácter político aunque muchos críticos de cine y espectadores lo vean así.
Sólo quería transmitir un mensaje sobre la naturaleza, el ciclo de la vida y la posibilidad de iniciar una nueva vida, ha recalcado.
Ovasshvilli ha resaltado que el valor de los festivales de cine medioambientales como el de Canarias y ha señalado la dificultad que afrontan para hacer una buena selección temática y argumental que cale en la conciencia de los espectadores. EFEVERDE