Cuba sufrió más de 350 incendios forestales el año pasado, con más de 7.000 hectáreas quemadas, unas cifras que según los expertos podrían incrementarse en 2018 debido a los árboles derribados y el follaje acumulado en el suelo tras el paso del huracán Irma por la isla en septiembre pasado.
Del territorio dañado, 4.029 hectáreas pertenecen a bosques naturales, 2.644 a plantaciones y más de 1.000 hectáreas a “herbazales” de ciénaga, según un informe del Cuerpo de Guardabosques de Cuba que cita hoy el diario estatal Juventud Rebelde.
De acuerdo con el documento, difundido en Villa Clara (centro) al inicio de la Campaña de Protección contra Incendios Forestales, el 91 % de los fuegos tuvo lugar entre enero y mayo, considerados el “período crítico”, y las provincias más afectadas fueron las occidentales de Mayabeque y Matanzas y las orientales de Camagüey y Holguín.
Además, los especialistas alertaron de un posible aumento de los incendios forestales para este año 2018 debido a “la gran masa de árboles derribados y follaje acumulado en el suelo” tras el paso del poderoso huracán Irma, que provocó en la isla daños materiales superiores a los 13.000 millones de dólares.
El diario agrega que dentro de la apertura de la campaña contra incendios se llevó a cabo un “ejercicio de combate ampliado frente a un incendio forestal” en el que participaron integrantes del Cuerpo de Guardabosques junto a brigadas de la Empresa Forestal y voluntarios de la zona. Efeverde