Aquí tenemos a la más que famosa Mantis Religiosa, ese insecto de tamaño mediano, grandes ojos y pinta de alienígena, con fama de devora hombres y un nombre un tanto equívoco.
A la Mantis le gusta vivir en soledad, pero cuando llega la época de la reproducción se lía la manta a la cabeza y comienza a liberar feromonas para atraer al macho.
Logrado el objetivo copula durante dos horas y después... se suele comer al macho vivito y coleando, porque total la misión ya está cumplida.
Se dice que este canibalismo ayuda a una mejor fecundación.