Con la primavera se persigue el amor con afán, el mismo que ponen las ranas machos para atraer a las hembras y fundirse en un largo abrazo, de hasta varios días según las especies.
El amplexo, como así se llama, facilita el desove por parte de la hembra.
Cuando ella suelta los huevos, el macho hace lo propio en una fecundación externa.
Varias semanas después llegarán los renacuajos.
Pero el ritual nupcial comienza mucho antes, con el croar del macho: única alternativa para poder atraer a la hembra.Se trata de un canto de vida.