El programa europeo Life+ del pinzón azul de Gran Canaria aspira a que esta ave endémica de la isla, en peligro de extinción, alcance una población de 450 ejemplares a comienzos del año 2020 y, con ese objetivo, repoblarán los montes con unos 80.000 pinos canarios.
El consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Rodríguez, acompañado por las técnicos Marta Moreno y Ruth de Oñate, ha informado hoy de los resultados conseguidos hasta el momento con el proyecto de recuperación de la especie de pinzón azul de la isla, una actuación que financia en un 60 % el programa europeo Life+ y que dispone de un total de 1,1 millones de euros.
Rodríguez ha resaltado la importancia de que la ciudadanía conozca la trascendencia de un proyecto de conservación de esta especie de ave autóctona y la biodiversidad que precisa en la isla que, en su opinión, “no debe quedarse exclusivamente en el conocimiento científico”.
La técnico del Cabildo Marta Moreno ha explicado que esta iniciativa nace después del incendio de la Reserva Natural de Inagua de 2007 para recuperar el pinar de la zona y a uno de sus nobles inquilinos, el pinzón azul de Gran Canaria, que inicialmente era considerado como subespecie de su homólogo tinerfeño, pero que desde 2015 es reconocido como una especie endémica de la isla.

Moreno ha informado de que el Cabildo aporta el 35 por ciento del presupuesto del programa, mientras que el 5 por ciento restante lo financia la empresa pública Tragsa y el Gobierno de Canarias.
Replantar pino canario y escobones
Este proyecto de ampliación del área de distribución y del tamaño poblacional del pinzón azul de Gran Canaria requiere, además de los bosques de Inagua y de la cumbre central, unos corredores que permita el desplazamiento del pinzón por Tejeda y Los Marteles, para lo que se precisará replantar 80.000 pinos canarios y escobones.
Además, Moreno ha especificado que los bosques no pueden ser muy tupidos, para que los pinos puedan engrosar y, al mismo tiempo, se den las condiciones para la reintroducción del pinzón azul, un ave que se alimenta de piñones, por lo que se actúa en el aclarado de la arboleda.
Por su parte, Ruth de Oñate ha especificado que el principal problema del pinzón azul de Gran Canaria es su hábitat fragmentado, por lo que se precisa crear unos corredores ecológicos con 300.000 hectáreas de reforestación entre Inagua y los pinares de la cumbre.

Con ese fin, Tragsa ha contratado a cuatro trabajadores de campo que, con la ayuda de voluntarios, ya han plantado desde septiembre de 2015 un total 13.000 pinos y escobones, aunque es una tarea complicada por los desniveles a salvar en las laderas.
Anillados, medidos y pesados
El objetivo es crear un núcleo poblacional sostenible en los pinares de la cumbre central y, con ese fin, se liberan en la zona ejemplares criados en cautividad y otros que son capturados en Inagua, que son anillados, medidos y pesados.
En este último año se han soltado en los pinares de la cumbre grancanaria doce ejemplares del centro de cría de pinzones y otros 20 ejemplares capturados de Inagua.
De Oñate ha destacado que a 10 ejemplares capturados en Inagua se les colocará un transmisor para realizarles un seguimiento científico y, así, conocer por dónde se dispersan o, por el contrario, si se quedan en los pinares de la cumbre central.
Para divulgar este proyecto Life+ se realizarán en las cuatro temporadas un total de 180 actividades en centros escolares, asociaciones y ayuntamientos, y en ellas se resaltará la labor que desempeña el voluntariado con el que se ha logrado plantar 1.300 pinos.
Esta iniciativa dispone de la web www.lifepinzon.org para informar de la evolución del proyecto y de todas sus actividades, además de trípticos en español e inglés para que la población de la isla y los turistas que la visitan conozcan el trabajo que se realiza para evitar la extinción de esta especie endémica. Efeverde
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