La plataforma Shale Gas España, que agrupa a las empresas que han solicitado permisos para la extracción de gas mediante el uso del fracking en este país, ha pedido a las administraciones que resuelvan los estudios de impacto ambiental con la intención de realizar las primeras prospecciones en 2016.
La intención de las empresas es que los tres primeros pozos exploratorios que se instalarán en España estén listos en el norte de Burgos en 2016 y poder iniciar la explotación un año más tarde si es económicamente viable.
La fractura hidráulica o fracking es una técnica que consiste en inyectar agua y productos químicos a gran profundidad para romper la roca de pizarra que alberga gas o petróleo.
A través de un comunicado, el dirigente de esta compañía, David Alameda, ha pedido “prudencia y responsabilidad” para dejar que sean los organismos oficiales los que se pronuncien sobre el uso de la fractura hidráulica.
Ha recordado que España importa la mayor parte del petróleo y el gas que consume, mientras que, según los análisis preliminares de las empresas, en el subsuelo de la península ibérica hay gas para garantizar el abastecimiento estatal durante 90 años.
El director general de Shale Gas España ha recordado que las empresas de fracking han estado tres años trabajando para elaborar los proyectos y estudios de impacto ambiental.
Además, la Ley de Evaluación Ambiental de 2013 les obliga a exponer estos estudios a varios organismos oficiales.
En el caso de Burgos, uno de esos organismos ha sido el Consejo de Seguridad Nuclear, que ha informado que no hay problema para usar el fracking cerca de la central de Garoña.
Alameda ha insistido en que en los últimos cuarenta años se han realizado dos millones de fracturas hidráulicas en todo el mundo y solo se han detectado cuatro casos de movimientos sísmicos de un nivel inferior a 3 grados en la escala de Richter, por debajo de lo que puede apreciar el ser humano.
Ha insistido en que Burgos será la provincia pionera en el uso del fracking en España si prosperan las tres peticiones formuladas para el norte de la provincia.
En cada una de ellas se instalará un solo pozo de exploración en un primer momento, aunque el permiso plantea un máximo de tres pozos por área si fuera necesario.
El objetivo de estos “pozos de exploración” es determinar si la extracción del gas resultaría económicamente viable, “porque lo que si está claro es que el gas está ahí”, ha asegurado Alameda.
De ser así, las empresas tendrían que someter el proyecto de extracción a un nuevo procedimiento de impacto ambiental y obtención de licencias.
Vecinos de las zonas afectadas y grupos ecologistas han presentado miles de alegaciones contra los estudios de impacto ambiental. EFE
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